Te recomendamos hacer un viaje en el tiempo para leer la primera parte de esta saga y evitar los spoilers de la reseña
Los padres de Estrella han sido asesinados y el poder del Ars Arcana vive ahora en el interior de Harte. Estrella creía que el libro sería la respuesta para liberar a todos los maegus del yugo de la Orden, pero la realidad es que ahora Harte y ella deben buscar cuatro gemas que les permitan controlar el violento poder que ahora habita en lo más profundo del chico. Esas gemas están dispersas por todo el continente, pero el mundo más allá del Umbral no es, para nada, como ellos lo habían imaginado. Su primera parada, St. Louis, les demostrará lo peligroso que puede ser moverse en un lugar que no conoces.
Por otra parte, Viola y Jianyu siguen en Nueva York, tratando de evitar que sus enemigos, viejos y nuevos, lleven a cabo sus planes para hacerse con la ciudad y con toda la magia que tengan a su alcance. Pero el tiempo se acaba, para unos y para otros, e incluso la Ladrona del diablo va a tener que darse prisa para llevar a cabo sus planes.
En esta segunda parte de El último mago, la autora mantiene a la mayoría de los personajes que ya conocíamos, pero añade algunos más que amplían el abanico de diversidad de la novela. Tenemos la oportunidad de conocer los pensamientos y personalidades de gran parte de ellos, porque la narración va alternando múltiples puntos de vista de todos los personajes mínimamente importantes. Esto puede llegar a resultar un poco excesivo en ocasiones, pero nos proporciona una visión mucho más completa y amplia de la historia.
Por otra parte, uno de los puntos más fuertes de La ladrona del diablo es su ambientación. La forma en que se describe y recrea la Exposición Universal de St. Louis, un acontecimiento real que ocurrió en 1904, es impecable. La atmósfera, cargada de racismo, xenofobia y discriminación, es también una crítica muy trabajada, que va perfectamente con las dos líneas temporales con las que trabaja la autora a lo largo de la novela: 1902 y 1904. Es muy satisfactorio poder leer una novela llena de fantasía y acción que entreteje una crítica social muy bien construida sin empañar el argumento principal en ningún momento.
Que no te asuste la cantidad de páginas de la novela, porque, pese a que sea un tanto lenta en ocasiones, las múltiples subtramas y las sorpresas esperan en cada esquina.