Los insectores no parecían una amenaza real hasta que tuvo lugar la Segunda Invasión. En la Primera solo pretendían explorar, pero en la Segunda su intención era colonizar la Tierra y acabar con los humanos. Cuando todo parecía perdido en la batalla, sin embargo, el sacrificio de un valeroso estratega de la Flota Internacional, Mazer Rackham, logró acabar con el ejército extraterrestre.
Aun así, la Hegemonía (el órgano de gobierno que controla el mundo entero) es consciente de que una Tercera Invasión podría ocurrir en cualquier momento… y también de que el planeta no sobreviviría. Es por ello que encarga a la Flota Internacional la puesta en marcha de un mecanismo de detección y entrenamiento de prodigios militares: niños captados desde pequeños y criados con la única misión de convertirse en los líderes del futuro.
En este mundo en el que la superpoblación prohíbe el nacimiento de más de dos hijos por pareja, Andrew «Ender» Wiggin es un tercero autorizado por el Estado. Sus hermanos mayores, Peter y Valentine, fueron considerados grandes candidatos para el programa de la Flota Internacional, pero sus personalidades presentaban desequilibrios: él era demasiado violento; ella, demasiado emocional. Ender nació para compensarlos, para ser la mezcla perfecta; nació literalmente para liderar a la humanidad en su lucha contra los insectores. Cuando no es más que un niño pequeño, entra en la Escuela de Batalla, primer eslabón de la Flota. Y allí es donde las cosas empiezan a ponerse difíciles.
Los profesores ocultan información, los alumnos mienten y hasta la tecnología artificial puede estar manipulada: no debes fiarte de nada ni nadie en el universo de El juego de Ender. Ese es uno de los puntos que convierte la historia en algo tan interesante, sobre todo desde el punto de vista de Ender: es un verdadero genio, y probablemente saque conclusiones incluso antes que tú como lector. Lo acompañan unos personajes secundarios llenos de matices. Igual que Ender, aprenderás con su sigiloso juego de intrigas y terminarás preguntándote a ti mismo si el bien mayor está por encima del de cada individuo y, sobre todo, hasta qué punto el fin justifica los medios.
El resto de aspectos de la novela no se quedan atrás: la ambientación quita el hipo, la raza alienígena está construida de una forma tremendamente original y los inesperados giros de la trama te mantendrán pegado al libro hasta la última página.