Mariano no entiende nada. Un buen día, después del recreo, en su cuaderno aparece dibujada una mariposa. Al día siguiente, otra. Y así durante bastante tiempo. Molesto y preocupado, el chico iniciará una investigación para descubrir al culpable. ¡Que es su cuaderno! ¿Es que no tienen otro sitio para pintar?
Pasados unos días, su lista de sospechosos se reduce a cinco: Carlota, la pija que siempre va con gorras de colores; Kore, el coreano; Ariadna, la guapa de la clase; Sofía, una alumna del montón, y Juan, el idiota que no para de hacer tonterías delante de Ariadna. Entre ellos está el autor de las mariposas más bonitas que Mariano haya visto nunca. Pero, ¿qué motivos tendrían para hacer eso? ¿Es una broma de mal gusto o una llamada de atención?
Con esta «pequeña» gran historia, David Fernández Sifres ganó del premio Ala Delta en 2012, convocado por la editorial Edelvives. Además, Sifres también fue el ganador del premio Alandar en 2011 con la novela El faro de la mujer ausente que reseñamos en el número veinticinco. En esta ocasión, el libro viene acompañado de unas maravillosas ilustraciones hechas por Rafa Vivas.
La historia, que se lee de una sentada y que puede ser descrita con las palabras «emotiva», «mágica» y «especial», tiene la intención de mostrar la inocencia de los niños, sus ilusiones y sus miedos.
Con un final sorprendente, David ha conseguido en escasas ciento dieciocho páginas contar una historia tierna, que trata del amor y del compañerismo, de la confianza y de cómo unos niños pueden sonreír frente a la adversidad.
No podemos contarte nada más de esta preciosa historia sin estropearte la lectura. Por lo tanto, lector, te aconsejamos que te adentres en una novela que se disfruta de principio a fin y que no olvidarás jamás.