Guille es un niño muy especial. Con tan solo nueve años ya tiene muy claro lo que quiere ser de mayor: él quiere, no, él va a ser Mary Poppins, esa mujer que con un poco de magia y una palabra especial consigue que las cosas vuelvan a estar bien.
Manuel ya sabe que su hijo es diferente a los demás. Su Guille juega solo con niñas, bueno, con una en concreto, Nazia, su vecina pakistaní. Además, está obsesionado con la película esa de la niñera londinense, y canta y baila todas sus canciones… a veces incluso disfrazado de ella.
María trabaja como orientadora de sustitución en un colegio de primaria. Desde el momento en que habló con su profesora, supo que Guille era un niño de lo más singular. Con él tendrá que tener tacto y paciencia si quiere descubrir qué se esconde tras la punta del iceberg que parece demostrar su comportamiento obsesivo con Mary Poppins.
Así pues, la vida de todos ellos se entrelazará para ir descubriendo cómo Guille hace frente a que su madre haya tenido que trasladarse a Dubái por el nuevo trabajo que aceptó cuando despidieron a su marido. Sin embargo, ¿cómo conseguirá seguir adelante sin su mayor apoyo?
La historia narrada por Alejandro Palomas no es en absoluto común. O predecible. O infantil. El tono, los personajes y hasta la propia trama resultan muy originales.
Por un lado, la narración es ágil y sencilla, con cada capítulo narrado en primera persona desde el punto de vista de uno de los protagonistas. Palomas juega muy bien con este recurso, de modo que cada personaje tiene una voz única e inconfundible. Cabe destacar la de Guille, que es la más sencilla y tiene alguna muletilla del lenguaje oral, lo que le confiere un cariz infantil sin resultar exagerado.
De la misma forma, también se ayuda de los cambios de narrador para dejar a medias las escenas en las que uno se acerca a descubrir la verdad que esconde Guille. Consigue así que elucubremos sobre cuáles son estos descubrimientos que se van haciendo mientras seguimos ansiosos la lectura.
Esto hace que la narración de la separación de un niño de su madre, y de cómo él afronta esta situación, constituya una historia fresca, original e incluso adictiva. Así pues, ¿a qué esperas? Si consigues pronunciar «supercalifragilisticoespialidoso» sin equivocarte, entonces no hay motivos para resistirse a una historia que seguro que te cautivará.