Es noche cerrada en el pequeño pueblo galo cuando unos jinetes se dirigen a la choza de Abraracúrcix. Son dos guerreros arvernos a los que, tras que Julio César derrotara a su jefe Vercingétorix, este les encargó custodiar a su hija, Adrenalina.
Ellos, a su vez, piden al jefe de la tribu gala que la mantenga escondida durante un tiempo, mientras intentan conseguir un barco para dirigirse a Londinium. Aunque de primeras parezca una tarea fácil, no lo es en absoluto: por una parte, Adictoasérix, un traidor arverno al servicio de los invasores, les está pisando los talones; por la otra, Adrenalina es una chica demasiado independiente y libre como para mantenerse a las órdenes de unos cualesquiera, que solo quieren hacer de ella un símbolo de la resistencia gala, sin tener en cuenta su voluntad.
Esta es la cuarta vez que el dúo formado por Ferri y Conrad se hace cargo de continuar la historia de estos memorables personajes desde que Uderzo colgara los hábitos en 2013; y la primera que el personaje principal en el mundo de Astérix es una mujer. Y es que el cambio generacional de este volumen no se nota solamente con los nuevos personajes y la trama, sino también con la actualidad de los temas que se tratan: el consumismo excesivo, la drogodependencia o la explotación animal.
Astérix sigue tratando temas a la orden del día en clave de humor. En este tomo, el conflicto entre generaciones es lo que tomará protagonismo. Porque no solo es Adrenalina la chica que está siempre siendo observada, también el resto de jóvenes de la aldea gala se ven encerrados en las expectativas que sus progenitores depositan sobre ellos.
Es precisamente la diversidad de personajes y el protagonismo repartido entre los mismos lo que hará las delicias tanto de los lectores más experimentados como de aquellos que se acercan a la obra por primera vez. Y si aún no habéis leído la nueva historieta gala, no os la podéis perder, ¡por Tutatis!