Hay alguien en tu casa transcurre en Osborne, un pueblo de no más de tres mil habitantes del estado de Nebraska, donde los cotilleos están a la orden del día, ya sea un brutal asesinato o el que un chico se tiña el pelo de rosa. Haley Whitehall, una alumna bastante popular y protagonista de la obra de teatro del instituto, es la primera de las víctimas del que se convertirá en el asesino de Osborne. Sin embargo, esta es la historia de Makani Young, una chica que se mudó de Hawái a Nebraska para empezar de cero.

Aun cuando el libro se nos presenta como una simple historia de asesinatos, Stephanie Perkins aprovecha la ocasión para hablar abiertamente de temas tan relevantes como el uso de armas, el racismo y la identidad de género. No tiene miedo tampoco a hablar de sexo entre jóvenes ni se olvida de hacer hincapié en cómo los prejuicios delimitan nuestra visión de la realidad.

En cuanto a los personajes, Perkins dota, una vez más, de vida a todos y cada uno de ellos. La ingenuidad de la protagonista, que es probablemente uno de los puntos flojos de la novela, se ve compensada por la fuerza de los personajes secundarios. Es verdad que la relación amorosa puede llegar a interponerse en el desarrollo del libro, pero también es un reflejo de cómo actuamos cuando nos enamoramos.

Aunque lo realmente interesante para el lector no será tanto descubrir la identidad del asesino, sino cuál es su modus operandi. Este cambio de foco del «quién» al «cómo» no hace que el libro resulte menos adictivo, pues la prosa de Perkins fluye y mantiene al lector enganchado de principio a fin.

En conclusión, es fascinante ver cómo subsisten dentro del libro el género realista y el género slasher, variante del cine de terror, con el que ha decidido venderse. Tenlo en cuenta, lector, si decides adentrarte en esta historia. No olvides que por mucho que haya asesinatos, descritos con una pasmosa brillantez, también hay una historia de amor. La cuestión es: ¿tiene esa historia de amor algo que ver con los asesinatos?