En 1846, Merritt Fernsby, un escritor marcado por la soledad, hereda Whimbrel House, un caserón que ha permanecido en silencio durante más de un siglo. Pero este lugar trae consigo más preguntas que respuestas, pues la casa decide encerrarlo entre sus paredes.

Incapaz de escapar, Merritt encuentra auxilio en Hulda Larkin, una mujer de espíritu sereno y mente aguda que trabaja para preservar la magia y la historia de hogares encantados. Ella entiende que para sobrevivir en Whimbrel House no basta con resistir; hay que escuchar sus secretos y comprender sus dolores.

Sin embargo, más allá de los límites de la casa, alguien acecha en la bruma. Entre paredes que respiran y sombras que se mueven, Merritt y Hulda no solo desentrañarán los misterios del lugar, sino también los hilos de un destino compartido.

Esta novela es tan cálida y envolvente como el último rayo de sol en un día de invierno, que invita a quedarse un poco más. La premisa de una casa con voluntad propia es ingeniosa y cautivadora, hasta el punto de que Whimbrel House brilla como un personaje en sí misma: enigmática, sorprendente y fascinante. Además, la entrañable relación entre Merritt y Hulda muestra a dos personas torpes y adorables que construyen una conexión auténtica en medio de lo extraordinario. Por otro lado, el villano tiene una presencia inquietante que genera desconfianza en todo momento. Su poder mágico siembra dudas y mantiene al lector alerta, ya que crea una atmósfera de incertidumbre en la que es difícil saber quién es realmente una amenaza.

En cuanto a la narrativa, la autora equilibra momentos de tranquilidad con giros oscuros y emocionantes que mantienen el interés del lector. El tono mágico y la ambientación histórica, aunque pobre en algunas ocasiones, se complementan para crear un mundo acogedor pero lleno de intriga.

A pesar de que el final es algo apresurado, la lectura resulta tan reconfortante como un abrazo. En pocas palabras, La guardiana de las habitaciones encantadas narra una acogedora historia de fantasía donde la magia se cuela en los rincones y lo extraordinario se convierte en hogar.