La que se suponía que iba a ser la noche perfecta para Diana y Fer termina convirtiéndose en un completo desastre. La pareja iba a ir a un concierto de su grupo favorito, pero la lluvia obliga a anularlo, así que deciden salir a comer algo. Fer acompaña a Diana a casa al acabar y, cuando se dirige a la suya, en el suelo de un parque cualquiera, se encuentra una misteriosa estrella de seis puntas. Nada más acariciarla, empieza a marearse.
Horas después, cuando ya está en casa, el joven entra en coma y todas las pruebas apuntan a que se debe a los efectos de una nueva droga de diseño. Para más inri, una chica denuncia una agresión sexual esa misma noche y él es el principal sospechoso.
Gracias, Diana es una novela realista con algún toque de ciencia ficción, con varias tramas unidas a las que se les dedican capítulos alternos, todos narrados en tercera persona: la evolución de Fer, las investigaciones de Diana y la historia de dos científicos. El argumento principal se enfoca en resolver el entresijo de casualidades que le ocurrieron a Fer esa fatídica noche. De hecho, el título no es más que un agradecimiento del chico a Diana, ya que gracias a su fuerza de voluntad y su fe ciega en él, aun teniéndolo todo en contra, va resolviendo poco a poco cada uno de los misterios.
Aunque es un libro entretenido y que hace reflexionar sobre diferentes temas, como la ética de la ciencia, creo que el mensaje final no es del todo adecuado. Nos quiere hacer creer que el amor todo lo puede y que debemos darlo todo por la persona amada. De hecho, Diana llega a estar en contra de todas las personas de su alrededor, a hechos probados por la misma policía, e incluso llega a negar el testimonio de la chica presuntamente agredida por su novio. En mi opinión, y más teniendo en cuenta que la novela va dirigida a un público joven, este mensaje puede resultar muy dañino.
En conclusión, Gracias, Diana es una novela entretenida pero algo problemática; también interesante gracias a tramas con toques policíacos y científicos.