Hubo un tiempo en el que los gondoleros de Venecia deleitaban a sus clientes con las canciones más hermosas. Cantaban a pleno pulmón con una afinación y clase dignos de los más prestigiosos teatros de la ópera. Hubo un tiempo en el que competían entre ellos para demostrar quién lo hacía mejor, superándose a sí mismos día tras día. Pero ese tiempo quedó atrás. ¿Por qué? ¿Qué sucedió para que callaran y remaran en silencio? En este precioso relato lo descubrirás.
William Goldman, reconocido autor americano que ya deleitó al público con aquella espléndida historia de aventuras y amor verdadero titulada La princesa prometida, regresa muchos años después con una novela inédita hasta el momento en nuestro idioma. Los gondoleros silenciosos fue publicada por primera vez en 1983, pero ninguna editorial española se había percatado de esta pequeña joya, hasta ahora. Veintisiete años después, Ático de libros rescata este relato a caballo entre lo fantástico y lo real en una cuidada edición que cuenta, además, con las ilustraciones originales de Paul Giovanopoulos.
Goldman recupera a su alter ego S. Morgenstern para contar en primera persona y a través de sus pesquisas la razón por la que los gondoleros de Venecia dejaron de cantar sin razón aparente. Para ello se apoya en la historia de Luigi, un muchacho que desde pequeño ha soñado con recorrer los canales de la ciudad italiana como sus antepasados. Intercalando los testimonios de las personas que lo conocieron con cartas encontradas y documentos de lo más variopintos, Morgenstern va hilando una historia ingeniosa, divertida, crítica y, en ocasiones, mágica, que arrastra al lector página tras página hasta el inesperado final.
Con pocas pinceladas, el autor recrea a la perfección el ambiente de Venecia, el carácter de su gente y el deseo de su protagonista de alcanzar sus metas y sueños sin rendirse. Los diálogos son ágiles y divertidos, cargados de ironía, y la trama atraerá tanto a jóvenes como adultos, que sabrán apreciar su calidad y sus memorables citas.
En definitiva, una historia de esperanza y superación, de viajes en góndola y a pie por uno de los rincones más hermosos y mágicos del mundo, con la calidad y el humor de un maestro de las letras como es William Goldman… ¡ups! Quería decir S. Morgenstern.