Los escritores Ana Alonso y Javier Pelegrín han vuelto a escribir a cuatro manos para traernos esta trilogía juvenil que nos traslada a la España del siglo XII. Tanto la ambientación histórica como la descripción de las ciudades por las que pasan los protagonistas son importantes en la narración, ya que, en esa época, cristianos, musulmanes y judíos conviven en una Península Ibérica enfrentada por guerras internas y choques culturales.

En ese ambiente se encontrarán cuatro jóvenes y un yinn, a los que la historia unirá por casualidad y sus caminos continuarán entrelazados a partir de ese momento y hasta el final de la trilogía. Sahar es una joven musulmana que vive en Isbiliya (la antigua Sevilla) y que estudia en secreto con su padre, médico, al que tendrá que auxiliar cuando le atrapan en Toledo. En ese viaje conocerá a Diego, un joven leonés que necesita el manuscrito que Sahar lleva consigo a Toledo. También se unirá a ellos Yehudá, un joven judío, orfebre, que estudia tenaz las enseñanzas de la cábala. El toque fantástico de la historia lo pone Akil, un yinn, una criatura mágica, cuyo destino quedará unido al de esos jóvenes y a los que acompañará en sus aventuras a lo largo de la geografía española.

El yinn ayuda con sus poderes a los jóvenes, pero pronto los sentimientos de los humanos interfieren en su magia. Poco a poco, debido a su creciente amistad con Sahar, Diego y Yehudá, y también por el amor que siente hacia Olaya, una dama gallega que les ayuda en un momento complicado, el yinn Akil irá perdiendo sus poderes y su capacidad de hacer magia, ya que cada vez se hace más humano. Esto es una mala noticia cuando, en el segundo libro, Luna Roja, deben enfrentarse con Lilith, una misteriosa y poderosa mujer que se cruza en sus caminos para complicarles la vida e impedirles avanzar en su viaje.

A lo largo de toda la trilogía, los viajes son importantes en la trama de las novelas. De Isbiliya a las juderías de Toledo, subiendo hasta las tierras del norte de Galicia, los recorridos que realizan los protagonistas y sus medios de transporte, así como la descripción de las ciudades y los habitantes que viven en ellas están cuidados hasta el mínimo detalle por los escritores de la trilogía. En Luna Roja visitamos la Ciudad Blanca de Saraqusta (Zaragoza) y vemos el mar Mediterráneo en Daniya (Denia).

Conforme avanzan los viajes, también avanzan las relaciones entre los jóvenes del grupo. En Galicia, el yinn Akil se enamora de Olaya, noble gallega, y debido a ese amor imposible sus poderes comienzan a fallarle. Pero no es el único romance del grupo. Sahar está comprometida con Nassar, sin embargo, la amistad con Diego no permanecerá así y ambos jóvenes se enamorarán, sin poder hacer nada por romper la promesa con Nassar, ya que Diego no tiene nombre, ni tierras ni dinero. En Fuego Azul el grupo permanece más o menos unido, pero en Luna Roja los problemas de cada uno de ellos les llevarán a tomar caminos separados.

En Estrella Dorada, el tercer libro de la trilogía, Diego y Akil encuentran refugio en el Monasterio de San Juan de la Peña, en Huesca, mientras Yehudá y Sahar permanecen en Toledo. Los primeros se adentrarán en el universo cultural del siglo XII a través de la actividad de los monasterios, buscando un manuscrito cabalístico. Poco después, viajarán a la escuela de traductores de Toledo donde Yehudá tiene contactos para descifrar el libro que les ayudará a elaborar la estrella dorada, un objeto mágico que les permitirá obtener el Santo Grial, que ha sido robado del monasterio.

En una época en la que las distopías, la ciencia ficción o las historias realistas predominan en las mesas de novedades de las librerías, la trilogía Yinn traslada al lector a la España del siglo XII, con unos personajes bien construidos y unas descripciones históricas muy cuidadas. Aunque en ciertos momentos de los libros la acción sea algo lenta, no dudes en sacar de la estantería la trilogía Yinn si buscas una novela histórica con toques fantásticos. Seguro que los viajes y las aventuras de Sahar, Diego, Yehudá y el yinn Akil te hacen viajar en el tiempo.