¡Tranquilo, lector! En esta reseña NO encontrarás spoilers de las novelas anteriores.
Pablo es un joven de diecisiete años que estudia en un internado en Suiza. Allí intenta sacar buenas notas y pasar el poco tiempo libre que tiene con su novia Bettina, de la que está profundamente enamorado.
Parece que su vida no podría ir mejor.
Sin embargo, todo parece truncarse cuando le cuentan que su padre, un importante político español, ha sido detenido —presuntamente— por blanqueo de capitales.
Desde ese momento, Pablo no parará de preguntarse si su padre es culpable o inocente. Quizá no debería tener estas dudas, y pensar que el político no ha hecho nada ilegal y que todo ha sido un malentendido.
Pero a veces la realidad nos golpea sin avisar.
Con esta novela, Alfredo Gómez Cerdá nos muestra un personaje fuerte, con carácter, que se plantea un gran dilema: descubrir la verdad u obviarla para proteger a su familia. A esto hay que añadirle la exquisita narración del autor, que logra ponerse en la piel del protagonista y sacar a relucir sus sentimientos sin florituras y sin rodeos. Las dudas que envuelven a Pablo, su ética y su honradez son las piezas claves para el desarrollo de los acontecimientos.
A pesar de no llegar a las doscientas páginas, el autor desarrolla muy bien la historia y hace que el lector empatice con este protagonista tan complejo que evoluciona acorde con el tiempo y la situación.
Al igual que sus antecesoras —El rostro de las sombras y Pasos de marioneta—, Los fantasmas del paraíso es una novela independiente que nos hace reflexionar sobre sucesos que ocurren en la actualidad. En esta ocasión, la historia nos plantea cómo las presuntas acciones de un miembro de la familia repercuten en los demás.
No lo dudes: si te apetece sumergirte en una lectura que te haga reflexionar, Los fantasmas del paraíso es la opción ideal.