Jeremy, Mira, Sebby.
En primera persona, Jeremy, que ama el arte y no sabe hacerse el nudo de la corbata. En tercera persona, Mira, con una promesa que quizá no pueda cumplir pero con un mejor amigo que la ayuda a seguir intentándolo. Y, en segunda persona, Sebby, con la locura y la alegría como maquillaje de un rostro que grita pidiendo ayuda.
Las vidas de estos tres adolescentes se juntan cuando Mira se cambia a un nuevo instituto tras un periodo turbulento. Allí conoce a Jeremy, tímido y sin apenas amigos, sobre todo desde el incidente. Por ello, cuando se atreve a entablar conversación con la chica nueva, lo que menos se espera es que aparezca Sebby, el mejor amigo de Mira. De repente, el introvertido Jeremy se encuentra con dos amigos que le enseñan que se puede tratar de vivir la vida que uno quiere.
De esta forma, Jeremy se enamora de la luz que desprende Sebby y de la ternura de Mira. Los tres crean un mundo en el que nada es imposible, un reino lleno de posibilidades. Hasta que los maquillajes caen, las lágrimas brotan y estos tres adolescentes deben enfrentarse a la vida real de una vez por todas.
Tres narraciones distintas convergen en Fans de una vida imposible, el sorprendente debut de Kate Scelsa, que crea una novela sincera y distinta sobre el mundo de los adolescentes. Sí, el argumento puede recordar a Las ventajas de ser un marginado, pero hasta ahí llegan las similitudes. La novela de Scelsa es una historia de amor entre tres personas, de un triángulo con tres lados y no solo con tres vértices.
La narración es bella sin tratar de imponer un lirismo sin sentido y, sobre todo, los diálogos resultan brillantes, agudos, divertidos y con una profundidad muy bien creada. El estilo, para ser una primera novela, está bastante pulido y arriesgarse con tres narraciones distintas es un gran acierto. Además, la autora propone una serie de ideas sobre la bisexualidad, la liberación de la mujer, el sexo o las enfermedades mentales realmente novedosas para la literatura juvenil.
El final, completamente abierto, deja buen sabor de boca en una novela que rompe muchísimos esquemas tratando temas de forma natural y cercana, sin clichés. Drogas, sexo, rupturas, opresión a la mujer, diferentes sexualidades… Fans de una vida imposible recrea una vida más que posible: una vida como la que tú y yo vivimos, sin censuras, pero con un derroche de ganas de vivir e ilusión que contrasta con la crueldad y la dureza de la vida de estos tres chicos.