Los niños del orfanato Sunnycreek Home han crecido escuchando miles de historias. La más conocida es la leyenda del fabricante de lágrimas, un artesano que, en un mundo en el que las personas carecen de sentimientos, elabora lágrimas de cristal que encierran las emociones más íntimas del ser humano para así infectar la naturaleza pura de los que habitan esa tierra.
Desde que con cinco años llegó al orfanato, Nica sueña con ser adoptada, y ahora, a sus diecisiete, Anna y Norman Milligan pueden hacer su deseo realidad. Sin embargo, ella no es la única que se une a esa pequeña familia, pues Rigel, un chico con nombre de estrella y unos ojos oscuros como la noche que ha estado toda la vida en Sunnycreek, se instalará con ellos y promete convertir el sueño de Nica en una pesadilla más.
Aunque la escritora, Erin Doom, ya era conocida mucho antes por sus historias publicadas en internet, Fabricante de lágrimas es su primera novela. Mediante descripciones detalladas y reflexiones con sentimiento, la voz de Nica nos narra sus esperanzas de tener una familia y ser una chica normal mientras se enfrenta a Rigel, cuya presencia, junto a la leyenda del fabricante, resultan ser un recuerdo constante de su pasado, del lugar donde creció y de que, ante todo, debe ser buena para conseguir lo que anhela.
Si bien la historia de amor, que es el foco de casi toda la obra, resulta bastante predecible y estereotipada y la novela es, en ocasiones, algo monótona, la difícil infancia de los protagonistas se retrata de forma cuidadosa, no se le quita peso a los traumas y los sentimientos que se describen y, al mismo tiempo, se dejan ver las oportunidades que surgen cuando se trata de pasar página después de sobrevivir a tales circunstancias.