Por algún extraño motivo, en Pania, cuando un individuo llega a su pleno crecimiento biológico, muere. Es por ello que los únicos habitantes del lugar son niños. ¿Será a causa de las tóxicas aguas que rodean la isla, o todo se deberá a los misteriosos paniélagos que te quitan sangre y que nunca nadie ha llegado a ver? No es algo en lo que sus jóvenes habitantes se paren a pensar. En Pania, el principal objetivo es la supervivencia. Y es que, ¿cómo organizarías tu vida si sabes que no durará más de 20 años?
Edebé nos presenta en su catálogo de novedades esta historia, de la que hablar más sería destripar demasiado. Mezclando un poco de El señor de las moscas con Un mundo feliz e incluso un toque de Peter Pan, el autor Miguel Sandín nos presenta una distopía en toda regla, demostrando así que el género de la ciencia ficción va poco a poco ganando peldaños en el mercado juvenil y que es posible contar este tipo de historias para un público “menor de edad”. En un relato ameno y que engancha de principio a fin, se ofrece al lector un repertorio de valores presentes en muchos relatos juveniles: el amor, la amistad y la valentía. Para aquellos más perspicaces no pasará desapercibido que estos valores se muestran en un entorno hostil a los personajes donde la violencia, el sexo y la crueldad, aunque son mostrados de soslayo y tratados con toda la naturalidad posible, están presentes.
Intercalando el relato principal con el verdadero "Expediente Pania” el lector va conociendo la escalofriante verdad sobre el lugar en que habitan los niños. . . y reza, como sucede comúnmente con las distopías para que lo que se cuenta en las páginas del libro nunca pueda llegar, ni de lejos, a trascender de la ficción.
Un relato bien hilado y con mucho que decir en sus apenas 200 páginas que esperamos que disfrutéis. ¿Alguna vez pensasteis que pertenecer a los Niños Perdidos podría ser divertido? Pensadlo de nuevo.
Es una obra linda... felicitaciones al autor Miguel Sanín... Una obra de ficción muy buena... Y hay mucho de que hablar de esta obra...
Es Linda **
Es buenísimo, claro está que es del mejor profesor del mundo. Muchísimas felicidades Sandín.