¡Vigila! Esta reseña tiene spoilers de la primera parte, De Seúl al cielo.
Hace diez años de aquel verano inolvidable en la isla de Jeju. Riley ahora trabaja como estilista en la televisión local y comparte piso con Yuna y Siwon, hasta que la suerte se cruza en su camino y le ofrecen un trabajo de ensueño en la capital. Pronto se encuentra en la gran metrópolis trabajando para el programa de moda, After Class.
Hace dos años de la muerte de Cris, y Dani aún no ha cumplido la última promesa que le hizo, pero eso va a cambiar pronto. Primero, un hombre llamado Eric le pide que vuelva a Seúl porque los R*E*X le necesitan; poco después, el abuelo de Cris decide por él y le compra un billete de ida a Incheon.
En el aeropuerto de Heathrow, Samuel, un chico parlanchín y demasiado sociable para el gusto de Dani, le entrega un sospechoso pendrive de parte de Eric. Para desgracia de Dani, el chico acaba sentado junto a él en el avión a Seúl. Al llegar a Corea descubren que el hilo rojo del destino ha hecho de las suyas: Samuel es el hermano de Paula. Y poco a poco el grupo de amigos se va reencontrando.
En esta segunda parte de De Seúl al cielo recuperamos a los protagonistas del primer libro y también de la precuela, Luces en el cielo. Esta vez son Hyunsoo, Riley y Dani quienes nos llevan por Seúl contándonos su historia. Además, tenemos a un nuevo personaje: Jihun, que se encarga de relatar lo que pasó con el malogrado cantante Insomnia.
Las autoras consiguen con Estrellas sobre Seúl de nuevo un libro que no quieres soltar. Si bien no todas las tramas tienen el mismo peso en la historia, lo que la desequilibra un poco, la narración es adictiva y los personajes compensan cualquier fallo que se pudiese encontrar.
Si De Seúl al cielo y Luces en el cielo te atraparon, necesitas seguir el camino que el hilo rojo del destino ha trazado en Estrellas sobre Seúl.