¡Cuidado, lector! Solo los que han leído Este corazón venenoso pueden adentrarse en las profundidades de esta reseña sin riesgo a intoxicarse.
Briseis es incapaz de asimilar todo lo que ha sucedido. Amá ha muerto. La diosa Hécate es real y le ha prometido retener el alma de su madre durante un ciclo lunar completo antes de que se vaya para siempre, pero a cambio debe reunir las seis partes del Corazón de Absyrtus, una tarea prácticamente imposible. Y encima resulta que dos de sus parientes biológicas, familiares que comparten su don y a las que creía muertas, han regresado a la mansión más vivas que nunca.
¿La buena noticia? Han conseguido cinco de las seis piezas de la planta maldita. El problema es que no tienen ni una sola pista acerca de dónde está la última, la denominada pieza madre, por ser la más venenosa de todas.
Mientras el tiempo corre en su contra, Briseis y sus acompañantes se embarcarán en una aventura en busca de un lugar borrado de los mapas y de la memoria de la humanidad. Pero sus enemigos les pisan los talones y los dioses han profetizado un viaje lleno de dolor y muerte. Briseis deberá aprender más sobre su linaje y abrazar su don para desafiar a este destino cruel.
Si con Este corazón venenoso empezamos a conocer las reglas del mundo de Briseis, su poder y sus peligros, Este destino cruel nos permite zambullirnos por completo en su worldbuilding, en el que la mitología griega ocupa un papel protagonista. Así pues, veremos un mundo donde los dioses continúan existiendo ocultos entre los mortales, las criaturas mitológicas vagan en los lugares más insospechados y el rencor pasa de generación en generación como una herencia maldita.
La historia presenta más acción y dinamismo que su anterior parte, pero la autora no deja de lado los sentimientos de sus personajes y, en especial, la dualidad que siente Briseis al querer aprender más sobre su familia biológica sin dejar de lado a su familia adoptiva. Los eventos ocurridos durante el primer libro han cambiado a la protagonista y, aunque existe la esperanza de salvar a su madre, Briseis convive con el duelo, la inseguridad e incluso el odio conforme progresa en su aventura, lo que tiñe sus interacciones con el mundo y con el resto de personajes de realismo y amargura. Eso sí, no todo es melancólico: también hay cabida para el romance y vemos escenas tiernas y de lo más memorables.
En definitiva, Este destino cruel supone un cierre para la bilogía más que satisfactorio, con una historia que engancha y la dosis perfecta de misterio, tensión y aventuras para pasar un buen rato.