Cuidado lector, esta reseña puede contener spoilers de los libros anteriores.

Después de esperar dos años desde que salió la tercera parte, por fin llega a nuestras tierras el último episodio de la saga Latidos de Anna Godbersen, cuyos libros son Latidos, Rivales, Envidia y Esplendor. Para los que no la conozcan, Latidos narra las vivencias de un grupo de jóvenes de la élite de Manhattan a principios del siglo veinte. Unas novelas, como se indica en los libros, de glamour y pasión... pero también de traiciones y envidias.

En Esplendor continúa la historia de amor prohibida entre Diana Holland y Henry Schoonmaker, los aires de grandeza de Penelope, la precaria estabilidad familiar de Elizabeth y las dificultades de Carolina por mantener la fachada de rica heredera. Siguiendo el mismo esquema que el resto de libros, cada capítulo está dedicado a un personaje. Y, con cinco tramas entrelazándose (Diana, Henry, Penelope, Elizabeth y Carolina) tendremos una lectura que no se hace pesada.

Al tratarse del último libro de la saga, se palpa desde el principio que la historia no sufrirá grandes sobresaltos y, aunque se nos presenta algún que otro personaje nuevo, la autora se centra en resolver los conflictos de cada una de las historias de los protagonistas para no dejar cabos sueltos.

La narración de Anna Godbersen sigue tan buena como siempre, y sorprenderá a más de un fan por escribir un final nada típico, y que consideramos que es uno de los puntos fuertes. Esplendor cierra la saga con un broche de oro que encontrará defensores y detractores, pero que en cualquier caso supone el desenlace perfecto para una saga como esta.