¡Atención! Si no has leído El asesino de Alfas y La cámara del Monarca, no sigas leyendo; ¡no nos obligues a reclamarte para impedirlo!
Tras el asesinato de Gema a manos de Óliver y la terrible revelación de la verdad sobre el vínculo secreto, Kate se siente más perdida, asustada y acorralada que nunca. Ahora tiene su venganza, pero no su libertad; está atada de manera irrompible a Óliver, y ni siquiera puede contárselo a nadie. Su sueño de libertad cada vez parece más difícil de conquistar, y los secretos que empieza a descubrir y, sobre todo, lo poderosa que se está volviendo, en el mismísimo corazón del hogar de los Alfas más influyentes del país, comienza a ponerla en verdadero peligro.
Si la ambientación entre la primera novela y la segunda cambiaba completamente, esta tercera parte queda muy unida a la anterior, ya que comparten escenario. Las relaciones entre personajes se estrechan cada vez más y algunos cobran mucho más protagonismo, como Toni Toro o Joan Ilyin, que se convierten en elementos imprescindibles en este cierre.
Tal vez esta última entrega de la trilogía se habría beneficiado de una narración algo más coral, que pudiese ahondar más en las distintas (y muy interesantes) subtramas en diversos escenarios que propone la novela; sin embargo, queda claro que la elección de seguir el punto de vista de Kate hasta el final es una decisión muy consciente. La acompañamos en su miedo y sus dudas, en su desconcierto y su dolor, y en su intento desesperado por reunir todas las piezas de un puzle que no logra comprender del todo, pero que enfrenta con la valentía y determinación que la caracterizan desde el principio.
De esta forma, la novela avanza despacio, asentando todos los interrogantes, y no es hasta el tramo final cuando la acción comienza a acelerarse, hasta culminar en un final como ya es costumbre en esta trilogía: lleno de sorpresas, trepidante, absolutamente vertiginoso y, como no podía ser de otra manera, también muy doloroso. Nos ha dejado sin respiración y revisando el libro para ver si hay alguna página nueva que hayamos podido pasar por alto.
A pesar de que la historia de Kate ha terminado, con este final quedan muchas incógnitas que resolver y muchísimas historias que contar. Solo podemos esperar que esta no sea la última novela acerca de los Alfas que Patricia García-Rojo nos regale.