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Los dragones de hierro
Martín Piñol

Alfaguara
¿Solo para niños? El Templo#19 (diciembre 2010)
Por Carlota Echevarría
9.914 lecturas

La princesa Kristy debe casarse. Cada día llegan decenas de pretendientes de todos los rincones del reino, pero ella no quiere elegir tan frívolamente. Todas las noche sale al balcón y canta a la luna para que algo cambie.

A años luz de distancia, los mopusianos oyen su canción. Esta curiosa especie extraterreste, de dos metros de altura y aspecto desagradable, dedica su tiempo libre a conquistar planetas y a esclavizar a su población. Lo normal, vaya. Cuando su rey escucha la dulce voz de Kristy, decide que quiere raptarla para disfrutar todas las noches de su canción y, sin darle muchas vueltas al asunto, cambia el rumbo de su flota de naves espaciales y pone a punto sus rayos láser.

Pero no todos los mopusianos son malos; al enterarse de los planes de su rey, Jomix vuela a la Tierra para advertir a sus habitantes del peligro que se avecina. Intenta contárselo a Kristy, pero en ese momento aparece el valeroso e insoportable príncipe Gulman y, tomándolo por un monstruo peligroso, lo manda encerrar.

Así comienza esta emocionante historia de aventuras que, al más puro estilo de La princesa prometida, trata del amor verdadero, de la lucha por la libertad, del valor de los héroes y de la magia que sigue existiendo aunque los hombres la olviden. Pero también trata de seres extraterrestres, de invasiones alienígenas, de calaveras colgadas de los árboles y de conexiones nasales que pueden cambiar el curso de la historia.

Los dragones de hierro es una novela apta para todos los públicos, un cuento que, gracias a su buen ritmo y a las constantes bromas del autor, se lee deprisa; una historia apropiada tanto para aquellos que empiezan a leer fantasía como para los que llevan años haciéndolo. Escribir novelas de humor siempre es arriesgado: lo que es hilarante para unos puede no tener ninguna gracia para otros, pero es difícil que las expresiones anacrónicas que Martín Piñol introduce en toda la novela no te saquen más de una sonrisa y alguna carcajada.

Pocos autores podrían haber introducido naves alienígenas en un mundo medieval y salir tan airosos como Piñol. Ya sea a lomos de un dragón o en el interior de un platillo volante, no dejes pasar la oportunidad de conocer esta hilarante, hermosa y épica historia de amor y aventuras intergalácticas.