Travis acaba de salir del reformatorio después de haber pasado una corta temporada allí. ¿La razón del internamiento? En un ataque de ira intentó matar a su padrastro cuando descubrió a este quemando todos sus manuscritos. Por eso, ahora lo mandan a vivir al rancho de su tío Ken a las afueras de Tulsa, Arizona. Ken es el hermano del padre de Travis, al que este nunca llegó a conocer. Tanto tío como sobrino esperan encontrar el uno en el otro algo de ese hermano y padre perdidos, aunque como es de esperar, siendo dos completos desconocidos, al principio no saben cómo actuar entre ellos. En el rancho conoce a Casey, una instructora de doma, obstinada e intrépida, por la que sin apenas percatarse empezará a sentir una gran atracción. Casey está obsesionada por adiestrar a Estrella para convertirlo en un campeón de salto, pero el caballo está medio loco, es una fiera y no se deja domesticar.

Con esta novela Susan E. Hinton cierra su serie de libros juveniles ambientados en las inmediaciones de su ciudad de origen. Domando al campeón es la novela de menos éxito de la autora y la única que no tuvo adaptación cinematográfica. Sin embargo, en ella se pueden encontrar muchos paralelismos con la experiencia como escritora joven y novel de Hinton: Travis tiene apenas dieciséis años, va a publicar su primer libro y debe hacer determinados cambios para satisfacer a su editora, como limpiar el lenguaje para no asustar a padres, profesores y bibliotecarios. Además, menciona temas que en su día también afectaron a Hinton: el bloqueo tras el primer libro, las referencias al «boca-oreja» que le garantizaron el éxito lento pero seguro de esa primera novela, etc.

Visto con perspectiva, años después de la primera lectura, Domando al campeón, a pesar de ser muy ochentero (y no solo por la portada), está dotado de las mismas virtudes imperecederas que el resto de la obra de Hinton: la confianza en la inteligencia y sentido común de los jóvenes para saber distinguir lo bueno de lo malo y ser capaces de llegar a la edad adulta de una forma sana. Es una lectura magnífica, una novela de aprendizaje que quizá por carecer de la fuerza y contundencia de sus predecesoras (Rebeldes o La ley de la calle) ha caído en un desmerecido olvido.

En El Templo nos gustan mucho las novelas de Susan E. Hinton, a quien entrevistamos en el número 18. Por eso creemos que es importante redescubrir las pequeñas joyas de esta autora que se han quedado en el camino. Hay Hinton más allá de Rebeldes.