«Las historias son luz, y la luz es preciosa en un mundo tan oscuro».
Despereaux Tilling es un ratón extraño que nunca ha conseguido encajar entre los suyos: es pequeño y enfermizo, y en lugar de roer el papel y escabullirse por los agujeros se dedica a leer cuentos y deleitarse con la música que se escucha en el castillo. Pero lo más increíble de todo es el amor que siente por la princesa Guisante. Un amor que va unido a un destino peligroso, y que le llevará hasta las profundidades de las horribles mazmorras del castillo, territorio de las ratas.
En su travesía nos toparemos con otros personajes, dueños también de un destino interesante. La rata Claroscuro, conocida como Roscuro, vive en la inmundicia y en la oscuridad de las mazmorras, pero, a diferencia de las almas crueles que suelen tener los de su especie, la suya anhela la luz, y hará lo que haga falta por conseguirla. Y la extravagante y torpe Pinky Pampurrias, una joven maltratada por la vida que, por diversas circunstancias, ha acabado convirtiéndose en sirvienta del castillo, aunque su verdadero sueño es ser una princesa.
Acércate, querido lector, e imagina cómo la historia de un héroe improbable cobra vida.
Despereaux es una de esas obras en apariencia sencillas, pero que sorprenden con una historia cuidada y llena de valiosas enseñanzas. Desde el momento en el que abrimos el libro, Kate DiCamillo se dirige a cada uno de nosotros con la calidez propia de una vieja conocida y nos acompaña en esta travesía con un tono peculiar, en ocasiones desenfadado y en otras rozando lo poético, que se convierte en la principal seña de identidad del libro.
Aunque sus comentarios pueden parecer dirigidos exclusivamente a un lector joven al ver ciertas repeticiones de ideas o aclaraciones, la novela se atreve a tratar temas y conflictos que narrados de otra manera podrían considerarse mucho más serios, como la perfidia, el maltrato que sufren algunos de sus personajes o lo cruel que puede ser una sociedad, ya sea de humanos o de cualquier otra especie.
El libro está dividido en cuatro partes: una para cada uno de los tres personajes principales y un clímax final donde se unen sus caminos. Mientras que sus capítulos cortos y su lenguaje sencillo hacen que sea una lectura ágil, en lo que verdaderamente brilla la obra es en la caracterización de sus personajes. Cada uno es un ser peculiar, que se aleja de los estándares que la sociedad le ha impuesto y nos conquista con sus personalidades únicas y sus defectos y virtudes.
En el mundo fantástico de Despereaux, donde los ratones sueñan con ser caballeros, el Consejo vigila que se cumpla la ley de la comunidad ratonil y la sopa se ha vuelto ilegal, Kate DiCamillo acerca temas como el perdón o la importancia del amor y de la esperanza a todos los públicos.