Es sábado, de madrugada. Ha habido una reyerta, Dead Boys contra Tamer. Disparos, sangre, puede que heridos.
En un callejón, entre dos contenedores, bajo el peso muerto de un desconocido, está Mauri. Le han disparado en la pierna, y sabe que no le queda mucho. Con sus últimas fuerzas, revisa toda la lista de contactos de su móvil con la esperanza de que alguno de sus amigos lo salve a tiempo.
«Me desangro verso a verso y tú debes de tener el móvil en silencio».
En otra parte de la ciudad, Amaro Corral no puede dormir. Su enlace con los Dead Boys no contesta y, desde que en comisaría le han comunicado la reyerta, tiene el presentimiento de que algo no va bien. Así, en una carrera contra reloj, deberá colaborar con su exmujer, Alicia, para resolver unos casos que, en el fondo, esconden mucho más de lo que aparentan.
«No es cuestión de hacerse el fuerte… / Es aguantar la tempestad, mirando solo al presente».
Con Dead Boys, Paloma González Rubio, ganadora de la pasada edición de los Templis con su obra Ventanas, nos adentra en el mundo de las bandas callejeras para dar voz a aquellos que son olvidados por el sistema. Con unos personajes marcados por sus imperfecciones y malas decisiones, lo que nos permite comprenderlos, y una trama que desvela sus secretos poco a poco, la autora consigue crear una historia de suspense que nos atrapa hasta el final y que promete una continuación.
«Si cubres mis espaldas yo a ti te cubriré de frente / y acertaré al blanco, aunque to falle de repente».
La novela destaca, ante todo, por su prosa, que plasma de forma poética la desesperación, indecisión y remordimientos de los protagonistas. Sus temas, que se centran en el racismo, el fracaso escolar, el machismo y los problemas familiares, nos hacen reflexionar y reparar en las vidas de aquellos que no encajan.
«Y por los tuyos puede derramarse no solo la sangre de tu sangre, sino también la sangre de aquellos a los que se ama».