Si sabes algo de química, te sonará Mendeléiev. ¿Sabías que su madre cabalgó dos mil kilómetros para llevarlo a la universidad de Moscú? Por suerte lo aceptaron y se convirtió en un químico brillante. Ordenó la tabla periódica tal y como la conocemos hoy día y, aunque se confundió en algunos datos y dejó muchos huecos incompletos, se le considera su creador.
A través de la historia de la tabla periódica, Sam Kean da a conocer multitud de anécdotas sobre su creación, los científicos que colaboraron en ella y curiosidades sobre sus elementos. Nos cuenta, por ejemplo, que a -271º, el helio se convierte en un superfluido y desafía las leyes de la gravedad. O que Nabucodonosor se volvió loco porque la pintura de su palacio contenía antimonio, un semimetal que no se supo que era venenoso hasta muchos siglos después.
La tabla periódica ha dado lugar a grandes momentos de la historia, de los que estar orgulloso, pero también ha sido testigo de muchas injusticias. Maria Goeppert-Mayer, que estableció las leyes de la probabilidad por las que se rige el núcleo de los átomos, no recibía dinero por su trabajo, por ser mujer. En 1963, un periódico celebró su Premio Nobel con el siguiente titular: «Madre de San Diego gana el Premio Nobel».
Aunque, sin duda, la mayor inmoralidad que nos ha dado la tabla de los elementos es la bomba atómica. Las dos guerras mundiales conllevaron muchos avances en la ciencia, pero también descubrimientos terribles como este. Y, si bien algunos científicos lamentaron haberla creado, otros siguieron sus investigaciones, fascinados por el poder de la radiactividad.
La cuchara menguante da un contexto a esa tabla casi incomprensible con la que todos hemos tenido que enfrentarnos en nuestra vida escolar. Igual que asociamos el helio con los globos, Sam Kean tiene una anécdota interesante sobre muchos datos más. La cuchara menguante no solo es una herramienta estupenda para animar las clases de química: es un libro fascinante para los amantes de la ciencia, capaz de interesar hasta a los que le tienen manía a la tabla periódica.