Aroha es «amor» en maorí. Aroha, en japonés, significa «te quiero». Y, además, si cambiamos cambiamos el orden de las letras, Aroha también se convierte en «ahora».

El «ahora» de Josan, el protagonista de la última novela de Francesc Miralles, se sitúa en un hotel cerca de la playa durante unas vacaciones que, después de una mala racha a nivel emocional, ha decidido pasar junto a su abuelo.

Josan se arrepiente de esta decisión nada más poner un pie en el desaliñado hotel, pero el descubrimiento del diario de una desconocida llamada Aroha, que se alojó en su misma habitación hace poco, cambiará el rumbo de sus próximas semanas.

Aunque parezca una locura, las palabras del cuaderno de Aroha están empezando a enamorar a Josan. Pero la cuestión es, ¿olvidará nuestro protagonista a la misteriosa joven en cuanto termine de leer su peculiar historia o hallará la manera de encontrarla?

La historia que nos cuenta Miralles en está brevísima novela está hilada con precisión. Puede que algunos lectores vean más claro hacia dónde se encamina el argumento, en tanto otros se sorprendan con cada uno de los giros que el autor ha preparado, pero lo que es innegable es que lo que en apariencia es una historia muy sencilla, esconde en realidad un inteligente engaño y una importante moraleja.

Para aderezar la historia de Josan, contamos además con la presencia de varios personajes divertidos que dan mucho ritmo a la historia. Entre ellos, sin duda, el que brilla con luz propia es Muriel. Esta jovencita, algo sabionda y poco agraciada, representa a la antiheroína, pero sabrá ganarse el corazón de los lectores que sepan ver más allá de sus ácidas opiniones.

Otro de los aspectos más destacables de El cuarderno de Aroha es, valga la redundancia, el propio cuaderno de Aroha. Sus páginas, que el lector encuentra intercaladas en medio de la historia de Josan, encierran su propio cuento de amor y desamor, y están teñidas de un estilo pícaro y atractivo que explica por qué Josan queda prendado de su autora aun sin conocerla.

Lo único que se puede lamentar de esta obra tan bien planteada es su escasa longitud. Y es que El cuaderno de Aroha bien podría haber sido el esqueleto de una novela mucho más extensa y profunda. Sin embargo, parece que Miralles buscaba ante todo despertar el interés del lector con una historia breve, directa y completa y, en este aspecto, ha acertado de lleno.