Matías no sabe qué quiere ser de mayor. Sólo tiene once años, ¿por qué debería saberlo? A él le gusta jugar con los cromos, ser portero en su colegio y hablar con los objetos para enterarse de sus historias. No obstante, su padre, Simón Rotundo, cree que ya es hora de guiar los pasos de su hijo hacia el maravilloso mundo de la Publicidad y el Marketing, que tanto dinero y fama le ha reportado. Con eso en mente, Simón recoge un día a Matías y se lo lleva al zoo para plantearle su maravillosa idea. Pero cuando descubre que el niño no tiene ningún interés en su trabajo y que todavía sigue hablando con amigos imaginarios, se enfurece y decide castigarle. Y es que nadie, absolutamente nadie, le dice que no a Simón Rotundo.
De ese modo, el pobre Matías se ve arrastrado al pueblo donde creció su padre, en el que tendrá que demostrar que ya es mayor, que no habla con ningún objeto inanimado y que tiene buenos motivos para no asistir a la Eximia Escuela de Creativos Publicitarios. Todo esto, además, sin contar con sobrevivir a la presencia del monstruo que asola los bosques de alrededor: el Bichogordo.
Pedro Riera, licenciado en Ciencias de la Información, Periodista Freelance en Bosnia y escritor de otros libros adultos e infantiles, es el autor de esta entrañable novela de aprendizaje aderezada con un toque fantástico y escrita con un cuidado y un cariño especiales. En las aproximadamente 350 páginas que ocupa el relato, Riera hace un esbozo general de lo que es la Publicidad y el ingente poder que tiene sin dejar de lado la trama principal, la evolución de Matías y el secreto que encierra el pueblo de Acedo de los Aguiluchos.
Con una maestría envidiable, los personajes van tomando forma ante el lector con unas personalidades redondas, muy diferentes entre sí y, al mismo tiempo, complementarias. Así, encontramos al joven e inseguro Matías, al autoritario y peligroso Simón Rotundo, a la cariñosa y fuerte Úrsula y a los primos del protagonista: la callada Asia y el envidioso Gustavo.
Que nadie caiga en engaño con el aspecto exterior del libro, aunque Matías no alcance los trece años y la portada parezca la de una historia de pura fantasía, el libro es bastante más complejo y lo disfrutarán lectores de todas las edades.
Quizás el único defecto de la novela sea el final, donde los acontecimientos se precipitan, pero sin perder la coherencia con el resto del relato. Un fallo menor que el lector perdonará fácilmente a una historia tan redonda. En cualquier caso, el sabor general al terminarlo es más que positivo y las lecciones que deja entrever son tan certeras como útiles.
¿Estás preparado para enfrentarte al Bichogordo y a tus propios temores?