Bajo el mandato de la sultana Marjannah, su marido es el único hombre que puede entrar en el Harén. Con una sutil condición: solo por una noche. Al amanecer, saldrá del país. Y lo hará sin cabeza.
La soberana, por lo demás justa y muy apreciada, jamás ha dado explicaciones de esta curiosa práctica que ejecuta a diario ante su pueblo. El día en que finalmente el público protesta, su hija Raisha teme que haya perdido el favor popular. La paz alcanzada por su madre se ve amenazada, pero esta no parece entrar en razón. A la princesa solo le queda el recurso desesperado de salvar al último de sus maridos y huir con él lejos del país.
Mientras Raisha recorre los confines de Gaiatra junto al joven desconocido, que esconde más de un misterio bajo su fachada envalentonada, el caos se desata en Aramat. El resto del Harén, sus hermanastras, sobrina y amigas, o lo que es lo mismo, guardianas, artífices y demiurgas, quedan al cargo de un polvorín de magia, intrigas y rencor acumulado a punto de explotar en varios frentes.
Victoria Álvarez emprende con esta saga su andadura en el género fantástico. A su habitual meticulosidad en la documentación se une en esta ocasión la creación de todo un sistema mágico. Si bien la complejidad del mismo puede resultar abrumadora en las primeras escenas, la abundancia de detalles enriquece el nuevo universo de la autora. El mapa original, realizado por Alejandra Hg, es de gran ayuda para situar la acción.
Ya en el primer volumen recorremos varios territorios, desde la mentada Aramat, inspirada en Las mil y una noches, hasta las islas flotantes del Imperio de Helial y la nación industrializada de Cameroth. Los capítulos alternan las tramas de los distintos personajes para permitirnos seguir en directo los frenéticos sucesos que darán comienzo a la guerra de Gaiatra que, auguramos, veremos estallar en el segundo libro.
La autora de Helena Lennox ha encontrado su fórmula maestra: ambientación histórica y multicultural, enredos amorosos y sed de venganza. Amarat, sin duda, lleva su firma.