Lisa Praytor tiene todo su futuro pensado. Quiere entrar en el segundo mejor programa de Psicología de Estados Unidos: su objetivo es ser la primera de su promoción y, si intentara entrar en el mejor programa, no está segura de que fuera a ser la más inteligente. Necesita una carta de admisión que hable de su experiencia con las enfermedades mentales. Es entonces cuando se acuerda de aquel muchacho que se zambulló en una fuente frente al instituto hace tantos años. Nadie lo ha visto desde entonces y Lisa está dispuesta a encontrarlo. A fin de cuentas, tiene que entrar en la universidad a toda costa.
Solomon Reed lleva sin salir de casa tres años, dos meses y un día. Para qué hacerlo, se pregunta, si tiene todo lo que necesita: comida, conexión wi-fi, todos los episodios de Star Trek y dos padres que lo quieren mucho. Valerie y Jason Reed asumieron hace tiempo que su hijo es más feliz en casa que en cualquier sitio y, aunque les encantaría verlo salir, se han acostumbrado a esta situación.
Toda esta paz aparente en la que vive Solomon se ve en peligro cuando Lisa Praytor muestra un afán incansable por conocerlo en persona.
Una conexión ilógica es la tercera novela de John Corey Whaley, publicada tras ser muy premiado por sus otras dos novelas juveniles, Un lugar al que volver y El chico que perdió la cabeza.
Uno de los elementos más originales de este libro es su narración, ya que recupera un narrador al más puro estilo de Roald Dahl, que tiene consciencia de estar contando una historia a alguien que lo escucha, con un tono desenfadado y divertido. Pero también lo son sus diálogos, ingeniosos, espontáneos y ante todo muy naturales, como lo son sus personajes.
Si bien es cierto que la historia se sitúa en la estela de novelas sobre enfermedades mentales, tiene la virtud de saber ir al grano y no perderse en el drama. El autor sabe qué quiere contar y cómo hacerlo, y lo consigue.
Puede que hayas leído otras historias sobre ansiedad o agorafobia, pero no son como esta. No dejes que pase 2017 sin leer a John Corey Whaley.