Álex, Carol, Manu y Erika forman la pandilla de la Lupa y, aunque solo tienen ocho años, se les da bastante bien resolver misterios. Esa semana es el cumpleaños de Erika, y todo está preparado con ilusión: desde la tortilla de cumpleaños (a Erika no le gustan las tartas) hasta la mesa para dejar los regalos. Pero, cuando la fiesta termina, Erika se da cuenta de que falta un collar que le habían regalado. En su cumpleaños había un ladrón, y la pandilla de la Lupa va a descubrirlo.
Color verde ladrón está narrado a través de los diarios de los cuatro protagonistas. Así conoceremos a Jaime, el hermano chulito de Erika, o a la familia de Álex, que está al borde del apocalipsis porque su madre se ha ido de viaje y ha dejado a sus tres hijos solos con su padre, que no tiene carnet de conducir y solo cocina sopas de verduras.
Patricia García-Rojo logra plantear un misterio interesante sin perder un ápice de realismo. Los protagonistas se comportan como cualquier niño de ocho años, el robo del collar es un enigma a su alcance y, aunque el método deductivo de la pandilla de la Lupa aún tiene mucho que mejorar, van sacando conclusiones pasito a pasito.
Lo mejor de Color verde ladrón, lo que seguro que engancha a sus lectores, son los protagonistas: cuatro niños entrañables, cada uno con una personalidad muy bien dibujada, que forman una pandilla estupenda. Está claro que Patricia García-Rojo se desenvuelve en infantil tan bien como en juvenil.