En la Nueva Orleans de los años 50, Josie Moraine pasa los días soñando con una situación diferente. Su madre y ella se mudaron al Barrio Francés, que no tiene especialmente buena fama, cuando ella apenas tenía siete años. Ahora, diez años después, Josie vive en una pequeña habitación en la parte de arriba de una librería en la que le encanta trabajar, a la vez que limpia en la casa de Willie, la madame más conocida de toda la ciudad.
La madre de Josie es prostituta, pero una muy elegante, que lleva vestidos bonitos y habla bien, siempre en busca de engatusar a algún ricachón que pueda hacerle regalos caros. Lo cierto es que no se preocupa mucho por su hija, tan solo la culpa de haber engordado cuando se quedó embarazada de ella, y haberle arrebatado los mejores años de su juventud. En estas circunstancias, la única compañía de Josie son Cokie, un chófer mulato, Patrick, el hijo del dueño de la librería, las «sobrinas» de Willie y, por supuesto, sus libros.
Ruta Sepetys ambienta su segunda novela en los bajos fondos de Nueva Orleans, un escenario opresivo que la autora llena de optimismo gracias a sus carismáticos personajes y su estilo desenfadado.
El color de los sueños es una historia que quizá no tenga el argumento más complejo ni el más enrevesado, pero a través de la voz de su protagonista, de sus sueños y palabras, nos muestra los placeres más simples incluso en aquellas situaciones de total desesperanza.
Este es uno de esos libros con los que conectas desde el primer momento; la autora hace su magia y te tiene completamente atrapado gracias a unos personajes que realmente llegan a importarte mientras estás bajo el hechizo del libro.
Si buscas una novela con la que evadirte, de esas que enganchan desde la primera hasta la última página, únete a Josie en su determinación por soñar una realidad distinta.