Ser mujer nunca ha sido fácil. Ade lo sabe bien: acaba de perder a su abuela, y los aldeanos que tanto recurrían a sus decocciones y hierbas ahora la repudian y la acusan de brujería. Debería huir, pero ¿adónde? No tiene a nadie salvo a su hermano pequeño, Valente, que vive más centrado en sus misteriosos dibujos que en el mundo que le rodea. Sin embargo, la ayuda llama literalmente a su puerta: son Tebe y sus mujeres del bosque, las Ciudades Perdidas. Las brujas.
Al menos, eso cuentan los rumores. Pero ¿no se dice lo mismo de todas las mujeres que desafían el frágil papel que se les ha adjudicado? Pietro, que está estudiando medicina en Roma, no cree en esas supersticiones. Eso provocará constantes enfrentamientos con su padre, el líder de los benandanti, una compañía de supuestos elegidos de Dios encargados de perseguir y castigar la brujería. Ahora mismo, su misión tiene nombre propio: Ade.
El lector, al igual que ella, tarda bastante en descubrir si la brujería es real o mera superstición. En teoría, esta es la historia de las Ciudades Perdidas; de su peculiar modo de vida, de su sororidad y de una profecía que podría salvarlas del odio y la persecución de una vez por todas. Sin embargo, este hilo central avanza a trompicones, con un ritmo accidentado y revelaciones confusas o que parecen surgidas de la nada.
Pero a pesar de que el argumento flaquee, el verdadero interés de la novela reside en sus personajes, y en las historias que estos esconden. Nobles, prelados, campesinas y fugitivas… Aunque Ade y Pietro son los claros protagonistas, la narración omnisciente nos permite asomarnos a las perspectivas de una gran telaraña de personajes: Tebe, la líder de las Ciudades Perdidas con un pasado oscuro; Sante, el padre de Pietro y autodenominado hombre santo; Filippo, el monje que defiende la piedad en un mundo corrupto; Porzia, la astuta amante del cardenal…
La respuesta a todas sus ambiciones (justicia, poder, libertad) solo podrás encontrarla entre las páginas de Las Ciudades Perdidas. Y, por suerte para ti, si este primer tomo te deja con preguntas, puedes recurrir a la serie de Netflix para paliar las ansias de la segunda parte.