Un hombre negro de mediana edad escucha las noticias desde su piso de Nueva York. Un grupo de estudiantes de arqueología ha descubierto cientos de cadáveres cerca de un antiguo reformatorio de Florida. Aún no se sabe cómo se pudieron cometer aquellos asesinatos durante décadas impunemente.

El hombre de Nueva York sí.

Elwood escucha las palabras de Martin Luther King sobre la lucha del pueblo negro en los años sesenta. Es la última noche que pasará en su casa: por un desagradable infortunio, ha sido condenado a varios meses de prisión en el reformatorio Nickel. Rodeado de adolescentes con familias desestructuradas, Eastwood verá como sus sueños de ir la universidad y luchar por los derechos de las personas negras se van mermando. Con cada nueva paliza, castigo o humillación procedente del personal del reformatorio, los sueños que lleva cultivando desde niño, cuando fue abandonado por sus padres en casa de su abuela, parecen desvanecerse.

Allí conocerá a Turner, un joven de su misma edad que se convertirá en su familia. Sus historias se entrelazarán con las de los demás adolescentes que han acabado en Nickel, un lugar donde es mejor no saltarse las reglas, pues los brutales castigos pueden provocar tu desaparición. ¿Y quién echaría de menos a un chaval que el propio Estado ha tachado de peligroso?

Con una prosa más cercana al reportaje que a la narración, Whitehead compone una novela dura, basada en hechos reales. El autor expone sin miramientos los malos tratos que los muchachos de un reformatorio real de Florida sufrieron durante décadas ante la mirada impune de la Administración. La novela enlaza pasado y presente a través de no solo las historias de Elwood y Turner, sino también de otros muchos adolescentes, previos, contemporáneos y posteriores a los dos protagonistas. ¿Existe un futuro para ellos fuera de Nickel? ¿Debe el Estado encerrar a aquellos jóvenes que considera indeseables en lugar de preguntarse qué ha empujado a estos chavales a cometer delitos, vivir en la calle o volverse adictos a las drogas? ¿Quién tiene la responsabilidad de los terribles actos cometidos contra ellos en centros tutelados por el Estado?

Aunque en ocasiones la novela puede percibirse tibia en cuanto a lo emocional, creemos que ese es justo su mayor acierto: la trama se atreve a ahondar en sucesos terribles, pero encuentra también espacio para la camaradería, la ilusión y el humor. Este tapiz de momentos podría haber sido una excusa perfecta para explorar la situación desde el sensacionalismo, por lo que el narrador documentalista de Whitehead es un regalo para poder observar las diferentes situaciones y no sentirse bombardeado emocionalmente. La obra sobrecoge, divierte, enternece, hace reflexionar y no se revuelca en la miseria de los protagonistas.

Los chicos de la Nickel, que ganó el Pulitzer en 2020 y cuya adaptación cinematográfica se estrena en 2025, nos parece una obra perfecta para esta sección: un coming of age forzoso narrado con una prosa cuidada y concisa, repleta de ideas poderosas que beben de las enseñanzas de Martin Luther King. Una obra que explora la necesidad de desenterrar el pasado para poder alcanzar la paz en nuestro presente.