Esta aventura empezó con una silla vacía en la última fila de mi clase. O, al menos, lo estaba antes de que llegara un niño nuevo llamado Ahmet.

Es un chico extraño. No habla con nadie, no se ríe y siempre parece asustado, por muchas chuches que le dé. Tampoco sale a jugar en los recreos. Quiero que seamos amigos, pero mamá y la señora Khan me han dicho que debo tener paciencia. Nos hemos enterado de que es un niño refugiado, que huye de una guerra y que su familia se quedó atrás.

Un día, escuché algo que lo cambió todo: Londres va a levantar sus fronteras… ¡y Ahmet aún no se ha reencontrado con sus padres! Mis mejores amigos Josie, Michael y Tom y yo tendremos que poner en marcha la Mejor Idea del Mundo: vamos a ir a ver a la Reina para que los encuentre.

El chico de la última fila nos devuelve a nuestros años escolares con una historia en la que no hay lugar para prejuicios. Mediante una prosa sencilla cargada del humor y desparpajo propio de los niños, la autora retrata a la perfección el carácter y el mundo interior de sus personajes mientras nos cuenta sus aventuras diarias en el colegio, las calles del barrio… o el palacio de Buckingham.

Aunque su trama es simple, cumple una gran función educativa al explicar a los jóvenes la realidad alarmante que viven los refugiados, a la vez que caracteriza, por medio de las reacciones de adultos cercanos al grupo, la manera en la que la sociedad suele tratarlos, ya sea con odio, compasión o incluso miedo.

El libro está narrado en primera persona, pero hasta sus últimos momentos no se nos revela el aspecto o el nombre de su protagonista. Esto deja claro que lo que importa no es su identidad, sino su esfuerzo por enseñarnos el valor de la amistad y ayudar a su nuevo amigo.

Ganador de diversos premios, como el Waterstone Prize 2019 o el Sheffiel Children's Book Award 2019, parte del dinero recaudado en su venta será destinado a la ayuda de los refugiados. Su historia, entretenida y conmovedora, nos recuerda que hasta un susurro, cuando está formado por muchas voces, podría escucharse en todo el mundo.