El Chico de las Estrellas es la historia de un niño que no tuvo una infancia fácil ni en casa ni en el colegio, pero es también una historia de superación, de cómo una persona se enfrenta a sus miedos, los grita en voz alta y no se avergüenza de ellos. Pero, para alcanzar ese objetivo, tuvo que atravesar un largo camino, y eso es lo que encontrarás en esta novela, querido lector. Un camino con una historia dura y desgarradora que también tendrá sus momentos bonitos de amor y de amistad.
La novela de Chris Pueyo es una autoficción: es decir, no hay diferencias entre el autor, el narrador y el protagonista, ya que son el mismo individuo. De hecho, el narrador salta de la primera a la tercera persona cuando menos te lo esperas. Y esa forma de narrar, tan atípica, pero tan poética, llama la atención. Porque nos introduce en la historia del autor —El Chico de las Estrellas— como si de un cuento se tratara. En este libro descubriremos, sin ningún tipo de censura, lo que fue su infancia y el principio de su juventud. Además, cabe destacar que en ningún momento aparecen los nombres de los personajes. El autor se refiere a ellos con sobrenombres como La Dama de Hierro, La Arquitecta de Sonrisas o La Mujer de las Velas. Personas importantes que marcaron su vida para bien o para mal.
La edición de la novela es muy especial y fuera de lo común: fuente en color azul, frases en negrita o en cursiva, unas palabras más grandes que otras... Podría decirse que es una especie de diario donde uno destaca las frases que más le han gustado o los momentos que más le han impactado. Aunque en esta ocasión es el autor y no el lector quien lo realiza.
Quizá más de uno se sorprenda al ver en las librerías una novela de autoficción escrita por un joven de veinte años. Pero lo importante aquí no es la edad, sino el mensaje que Chris Pueyo quiere transmitir: aceptarse tal y como uno es y nunca rendirse.
¡Ah! Y saber soplar a la luna. Te encantará.