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Chicas bailarinas
Margaret Atwood

Lumen
¿Solo para adultos? El Templo#73 (diciembre 2019)
Por Nerea Marco
3.772 lecturas

Quizás te suene Margaret Atwood por ser la escritora de El cuento de la criada. Pero antes de ser conocida por esa famosa distopía, ya había publicado algunos libros, entre ellos Chicas bailarinas, una colección de catorce relatos publicada en la editorial Lumen.

Este volumen reúne historias con mayoría de protagonistas femeninas en diferentes momentos de su vida, pero con un vínculo en común: una etapa se acaba (una relación, unos estudios, una mudanza, un viaje) y un final casi siempre abierto y ambiguo como lo es la vida, con las protagonistas preguntándose: «¿y ahora qué?»

En sus páginas encontrarás personajes de todo tipo: estudiantes viviendo en la gran ciudad, columnistas, amas de casa de pueblos pequeños, granjeras con nietos, amantes, solteras, esposas, madres. La mayoría de los relatos están situados en Estados Unidos, por eso quizá algunas referencias culturales (canciones, películas) puede que se nos escapen o sean un poco antiguas, pero no impide disfrutar de la trama de las historias.

Algunos de los cuentos tratan del final del amor, como en «La tumba del famoso poeta», en el que una pareja visita la lápida de su poeta preferido en un viaje que esperan que salve su relación. En «Joyería capilar», la protagonista recuerda algunos momentos con su novio por cómo iba vestida en cada uno de esos encuentros. También se fija mucho en la ropa la protagonista de «El marciano», que narra la historia de una joven a la que persigue misteriosamente un hombre extranjero durante varios meses. «Historia de un viaje» es un relato llamativo por su estilo: cómo una columnista de viajes con una vida anodina y aburrida puede narrar también anodinamente el accidente que tiene el avión en el que viaja.

Puede que Chicas bailarinas sea un libro de relatos un poco extraño, in media res, sin desenlace cerrado, como mirar por la mirilla de una vida y ver solo un fragmento, sin inicio ni final. Pero siempre está bien salir del género novelístico y recordar que a veces en las pocas páginas de un relato también tenemos toda una historia por descubrir.