Mucha gente vivía porque ella mataba. Mucha gente moría porque él vivía. Zafira y Nasir son dos caras de una misma moneda que luchan por sobrevivir, aunque para ello tengan que enfrentarse el uno al otro. Ella es el Cazador, quien se adentra en lo más profundo de Arz disfrazada de hombre para tratar de mitigar la hambruna que está sufriendo su gente. Él es el Príncipe de la Muerte, hijo del sultán y su sucesor, dispuesto a matar a todo aquel que le lleve la contraria a su padre. Pero una guerra se avecina en el reino de Arawiya y la Bruja de Plata afirma que existe un artefacto capaz de mantener a raya a la oscuridad e incluso de deshacer la maldición que pesa sobre los cinco califatos. Nasir, Zafira y otros compañeros de viaje que se encontrarán por el camino deben embarcarse en una peculiar misión para recuperar este objeto capaz de ser tanto su salvación como su sentencia de muerte.

La prosa de Hafsah Faizal es rica y meticulosa, pero quizás no ha sabido dar con el ritmo adecuado para esta historia. Pese a tener una ambientación asombrosa con muchas características arábigas, con un mundo rico en leyendas del Oriente próximo, no ha sido capaz de exprimir del todo sus posibilidades. Ha querido centrarse en los personajes y en sus respectivos arcos argumentales, pero si no fuera por personajes algo menos importantes que aparecen a lo largo de la trama, el libro se haría tedioso y bastante lento. Gracias a secundarios como pueden ser el sarcástico Altair o el sabio Benyamin, podemos tomarnos un respiro de los protagonistas, cuya relación y posterior romance a veces carece de la chispa suficiente como para atrapar al lector.

A la caza del fuego es una primera parte que promete mucho, pero se queda corta a la hora de cumplir las expectativas. Sin embargo, tanto la ambientación, diferente a los mundos fantásticos occidentales a los que estamos acostumbrados, como la trabajada pluma de la autora, son razones más que suficientes para darle una oportunidad. También el elenco de personajes, pese a fallar un poco a nivel de protagonistas, merece una oportunidad para mostrar todos los matices que tiene guardados. ¿Cuántas veces no nos ha caído mejor un secundario gracioso e inteligente que el propio personaje principal?

Arawiya es un reino que esconde multitud de secretos, algunos mejor guardados que otros, pero creo que vale la pena adentrarse entre sus páginas y tratar de descubrirlos todos.