¿Alguna vez te has levantado de la cama y has deseado no ir al instituto? Puede parecer una locura, pero ¿y si realmente lo hicieras? ¿Te imaginas como sería tu vida si, día tras día, vivieras escondido del mundo en tu habitación?

Kokoro se siente culpable, pero no está fingiendo: realmente es incapaz de volver a clase. Solo pensar en ver a sus compañeras, después del incidente, provoca que el estómago le duela hasta no poder más. Aunque sus padres se esfuerzan por entenderla, piensa que les decepciona constantemente, y aún no ha sido capaz de reunir el valor para contarles cómo se siente.

Hasta que un día el espejo de su cuarto comienza a brillar y Kokoro descubre que se ha convertido en un portal a un castillo sacado de un cuento de hadas occidental. En él, una misteriosa niña con una máscara de lobo anuncia que le ha sido concedido el derecho de acceder a aquel lugar junto a otros seis estudiantes más. Los siete deberán desentrañar los acertijos del castillo y buscar la ubicación de una habitación oculta que puede cumplir un deseo. Pero, según las normas, solo uno de ellos podrá tener acceso a ella: el que encuentre su llave.

El castillo a través del espejo es una obra que, a primera vista, consigue llamar la atención: su trama combina elementos de fantasía y misterio de una manera atractiva, y la influencia de la cultura japonesa que se aprecia en sus páginas aporta un toque distintivo a la lectura.

Aunque se podría pensar que la obra va a tratar de una competición entre jóvenes por encontrar la llave mientras resuelven misterios y exploran el castillo, conforme avanzamos en su lectura descubrimos que esta búsqueda queda relegada a un segundo plano y solo se aprecia en el tramo final de la historia. Al contrario, el libro se centra en el desarrollo emocional de su protagonista y la conexión que establece con el resto de personajes, quienes viven diferentes realidades tan problemáticas como la de Kokoro. A través de sus interacciones a lo largo de los meses, que en ocasiones resultan monótonas pero también realistas, aprenderán que tienen mucho en común y entenderán la importancia de abrirse a otros y aceptarse a uno mismo para seguir adelante.

La novela puede resultar lenta en ocasiones, especialmente en sus momentos más introspectivos, pero lo compensa con un final lleno de giros donde los detalles inconexos que se nos han ido presentando a lo largo de las páginas cobran sentido.

El castillo a través del espejo es una obra conmovedora, que brilla tanto por la humanidad de sus personajes como por la manera en la que aborda temas delicados, entre los que se destacan la salud mental, la soledad o el acoso escolar.