Silvia Jofre es la típica sabelotodo, una chica demasiado madura para su edad que no sabe cómo relacionarse con la gente de su instituto, a quienes tilda de «insustanciales» y críos. Tampoco ayudó a quitarse la etiqueta de inadaptada el darle un puñetazo al chico más popular, Ramón Agut. Así que se ha resignado a ser el bicho raro del colegio y a no encontrar jamás a su alma gemela.
Un día, sin embargo, le llegan a casa nada más y nada menos que treinta y siete cartas, todas para ella, y al día siguiente otro fajo todavía más abultado. ¡Y todos quieren conocerla! Por desgracia, alguien le ha jugado una mala pasada y ha publicado un anuncio a su nombre en la sección de contactos de una conocida revista para adolescentes. Por curiosidad lee alguna que otra —mientras refunfuña porque está segura que Ramón es el culpable de todo—, y en una de ellas se encuentra cincuenta mil pesetas (unos trescientos euros). Cincuenta mil pesetas que la sacarán de su cascarón por la puerta grande cuando intente devolverlas.
Seguramente te preguntarás cuándo se publicó este libro de los autores de Flanagan, y si buscas en nuestro catálogo no lo encontrarás. ¡Salió publicado en 1991! Pero veinticinco años más tarde esta novela nos sigue entreteniendo por su mezcla de misterio, suspense y ese aire a novela policíaca, aunque a los lectores más jóvenes pueden chocarles algunos detalles de esta novela: Silvia Jofre sigue usando cabinas telefónicas y las secciones de carteo en las revistas eran una forma de encontrar gente con la que charlar. Ni teléfonos móviles ni Internet.
Silvia Jofre es un personaje repelente al que poco a poco iremos cogiendo cariño, porque las aventuras que vive la obligan a salir de su zona de confort, y los personajes «insustanciales» no son tan simples como parecen a simple vista.
El cartero siempre llama mil veces es una novela juvenil policíaca rápida de leer y que estamos seguros de que te encantará.