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Capitán Calzoncillos
Dav Pilkey

SM
¿Solo para niños? El Templo#65 (agosto 2018)
Por Natalia Aróstegui
13.100 lecturas

«Quizá Jorge y Berto no sepan mucha ortografía ni se acuerden de la tabla de multiplicar […]. Pero, cuando se trata de salvar al planeta entero de las implacables y perversas fuerzas del mal, no hay nadie mejor que ellos».

Así nos presenta una de las entregas de Capitán Calzoncillos a sus dos protagonistas: Jorge y Berto, dos chicos de primaria a los que les encanta gastar bromas, reírse por cualquier tontería y, sobre todo, escribir sus propios tebeos. Sus profesores, adultos resentidos que detestan trabajar con niños, pasan por alto la originalidad de sus cómics y el ingenio de sus bromas, y solo ven en ellos a dos críos que sacan malas notas y que no paran de darles problemas. Por suerte, Jorge y Berto aprovechan el tiempo que pasan castigados en escribir nuevas historias, siempre protagonizadas por profes gruñones transformados en temibles villanos y por todos los superhéroes que intentan detenerlos. El más famoso es sin duda el Capitán Calzoncillos, que, enfundado en sus turbocalzones, lucha por «la verdad, la justicia y todo lo que es de algodón inencogible».

Jorge y Berto están acostumbrados a meterse en líos, y el más gordo de todos ellos surge cuando deciden poner a prueba su anillo hipnótico con el odioso director de su colegio, el señor Carrasquilla. Durante una de sus muchas visitas a su despacho, los niños usan el anillo de broma, sin esperar resultados, y ordenan a su director transformarse en el Capitán Calzoncillos. Sorprendentemente, la hipnosis funciona y, antes de que se den cuenta, el señor Carrasquilla ha sustituido su traje de oficina por unos calzoncillos superelásticos y ha salido corriendo a salvar la ciudad.

Así, cada una de las doce entregas de la saga cuenta una aventura distinta en la que Jorge y Berto, siempre acompañados por el Capitán Calzoncillos, tienen que salvar al mundo de malvados villanos como los retretes parlantes, los mocos vivientes o el Profesor Pipicaca.

Dav Pilkey nunca fue un buen estudiante. Cuando estaba en primaria, su dislexia e hiperactividad le impedían seguir el ritmo de las clases, y siempre acababa castigado en el pasillo. Por suerte, podía recurrir a la imaginación para aislarse de los problemas, y fue en ese pasillo donde empezó a escribir historias y a crear personajes. Uno de ellos fue, de hecho, el Capitán Calzoncillos.

El componente autobiográfico de la saga es evidente, y quizá en él resida una parte importante de su éxito. Según el propio Pilkey, el secreto de escribir para los más pequeños reside en contar historias con las que los niños puedan identificarse, y el autor norteamericano lo consigue a lo largo de toda la saga. A pesar de los inventos imposibles, los viajes en el tiempo y los alienígenas, la obra de Pilkey emana una cotidianidad que engancha fácilmente a los lectores, especialmente en lo relativo a las cosas del cole. Esta cercanía, a su vez, crea una interesante doble lectura para los mayores: muchas veces, los enemigos más peligrosos de Jorge y Berto no son el Doctor Pañal o los mocorobots, sino los adultos de su día a día. Pilkey lleva a cabo una mordaz y acertada crítica a todos aquellos que impiden a los niños ser niños y comportarse como tal.

Así, la magia de Capitán Calzoncillos reside en que está planteado con ese aire desenfadado, disparatado y gamberro que esperamos de la mentalidad de un niño, pero a su vez escrito y estructurado con la destreza de un autor inteligente e ingenioso, que se desenvuelve igual de bien creando una trama compleja que dando rienda suelta al humor de tipo caca-culo-pedo-pis. De esta forma, Pilkey encuentra el equilibrio perfecto entre la parte más lúdica de la lectura, la calidad literaria y el tratamiento —siempre alejado del paternalismo— de mensajes importantes, como la crítica al sistema educativo, la representación LGBT o la defensa de la dislexia o el déficit de atención como algo positivo que te hace ser una persona más creativa e imaginativa.

Dav Pilkey es también el ilustrador de la obra, lo que ha permitido que la saga tenga una personalidad propia aún más definida. Capitán Calzoncillos tiene una ilustración por página y contiene, además, los tebeos que escriben y dibujan Jorge y Berto y los famosísimos flip-o-ramas: filioscopios que permiten a los lectores crear imágenes animadas. Además, los lectores españoles tenemos el privilegio de leer a Pilkey a través de la traducción de Miguel Azaola —junto con Xohana Bastida en las últimas entregas—, uno de los grandes nombres de la traducción de literatura infantil.

En definitiva, Pilkey pone de manifiesto que una lectura con mensaje también puede ser irreverente y disparatada, y que hacer chistes de mocos y pedos no es incompatible con demostrar que, muchas veces, la creatividad y la imaginación también son superpoderes que pueden salvar el mundo.

¿Qué opinan nuestros lectores?
Juani Soriano
2021-08-25 21:08:17
Es un libro que me encanta por lo creativas que son las cosas. :)
Marcela
2023-03-06 03:43:54
No me gustó que esté escrito con errores ortográficos, ya que si su principales lectores son niños los confunde.