Antes de irse de campamento con los scouts, Alexia pasa por casa de su abuela a despedirse y, de paso, a ver si le da un dinerillo. Piensa quedarse un rato, tomar unos bombones, asegurarle que estará bien y marcharse enseguida, pero la conversación no se desarrolla como esperaba: cuando le dice que acamparán cerca de Alós de Isil, un pueblo de Lérida, su abuela se queda lívida. Esa tarde, Alexia descubrirá que su bisabuelo no murió en la guerra civil, como le han dicho siempre; esa es la historia que se inventó la familia para ocultar que fue un desertor. Pero la abuela Berta está convencida de que la realidad no es esa, que consiguió sobrevivir y ayudó a mucha gente a huir a Francia a través de los caminos de los Pirineos, los Caminos de Libertad.
Alexia quiere creerla, pero también es consciente de que su abuela está mayor. Tuvo que ser muy duro perder a su padre de niña, y no es de extrañar que se inventara esa historia a partir de pistas poco sólidas. Aun así, le promete que investigará si hay algún rastro de su bisabuelo en Alós de Isil.
Pero no le va a ser fácil encontrar tiempo en el campamento. Es el primer año que tiene niños a su cargo, un marrón que vale la pena asumir por pasar dos semanas con David, el chico que le gusta. Por si fuera poco, en el último momento, Killian, que lleva tiempo detrás de ella, se une al plan, y Alexia se ve en mitad de un incómodo triángulo amoroso.
En Caminos de Libertad se unen dos tramas: la de Alexia y los scouts, y la de su bisabuelo, que descubrimos a través de la investigación de Alexia y de algunos flashbacks en la narración. La trama de Alexia resulta entretenida, da a la novela la estructura necesaria y tiene algún giro inesperado, pero la parte que nos ha resultado más interesante ha sido la de su bisabuelo y los Caminos de Libertad. Estos senderos fueron testigos de multitud de historias de personas que, no hace tanto tiempo, vivieron una vida mucho más difícil que la nuestra.
Si eres de esos lectores que huyen de los libros sobre la guerra, no temas: este tiene un poco de aventuras, misterio, romance e historia, pero es muy distinto de las novelas que buscan reflejar el drama de la guerra en primera persona. El enfoque es original y Alexia es una narradora coloquial y fresca. Una chica desenfadada que, como todos nosotros, tiene mucho que aprender.