Eva Nueve y Madr, su robot, siempre han vivido en el Santuario, un refugio situado bajo tierra. Eva Nueve jamás ha visto la luz del sol, ni a otro ser humano. Lo único que puede hace es entrenar para el día en que pueda salir al exterior, aunque una y otra vez falla estrepitosamente. Preparada o no, Eva se verá obligada a salir cuando su Santuario es atacado por un extraño ser. De esta manera, armada únicamente con su Omnipod —una especie de ordenador de bolsillo muy práctico—, la protagonista irá en busca del Santuario más próximo. Pero lo que encuentra en el exterior no se parece en nada a lo que Madr le ha enseñado durante toda su vida. ¿Dónde está en realidad y dónde se encuentran los otros humanos?

En busca de WondLa es una búsqueda de la propia identidad. Eva no sabe quiénes son sus padres, ni siquiera si hay más personas como ella. También es un viaje de iniciación, ya que la joven protagonista nunca ha visto ni hablado con nadie más que con Madr. Y, finalmente, es un reto para el propio lector el desentrañar la verdadera historia que hay tras Eva Nueve. ¿Por qué ocultarla? ¿Por qué ese nombre tan curioso? ¿Y dónde están el resto de humanos?

Las criaturas que viven en las páginas de WondLa son de lo más variopintas y estrafalarias, y ayudarán o pondrán trabas a Eva Nueve en su búsqueda del destino de los humanos. Nos encontraremos con personajes ricos en matices y entrañables, pero también al malo de turno que más vale no enfadar.

WondLa es un libro extenso, de casi quinientas páginas, y no es de extrañar: Eva y compañía viajan a muchos lugares y descubren misterios que les proporcionan —tanto a ellos como al lector— más preguntas que respuestas, pero a veces la lectura se hace algo lenta y pesada.

No podemos terminar la reseña sin mencionar los extras en forma de realidad aumentada que proporciona el libro, la fantástica edición en tapa dura y sobrecubierta, y el acabado interior, repleto de ilustraciones del propio autor. Sin duda una pequeña obra de arte.