Elena ya está harta de la superficialidad de su vida. Por eso, cuando se entera de que su desconocido tío abuelo Liberto Guerra ha muerto, ve en aquello la oportunidad de implicarse en algo, de rebelarse, de descubrir el mundo y a sí misma. ¿Quién era ese familiar al que nunca conoció? ¿Por qué toda su familia rehuye de nombrarlo? ¿Cuál es la historia que todos ocultan de él?

El piso del difunto en la Plaza del Sol puede conocer las respuestas a todas sus preguntas. Las fotografías que allí cuelgan son el último legado de Liberto Guerra y parecen esconder aquella verdad que Elena está tan decidida a encontrar. Pero el camino no será nada fácil entre mentiras, medias verdades y secretos que quizás deberían haberse quedado enterrados en el pasado.

Parece difícil que un libro tan sumamente corto (no llega a las 160 páginas) pueda poseer tanta fuerza. Pero este la tiene, golpeándonos de lleno con el mensaje: «Es malo ser cobarde, aunque es peor la indiferencia que nos hace cómplices de la injusticia». Y es que Un balcón a la libertad busca arrojar luz sobre el pasado, mostrar sus errores y abrazar el compromiso que tenemos con la verdad.

La capacidad sintetizante de Rosa Huertas a la hora de escribir nos introduce de pleno en la familia Guerra. Sin descripciones innecesarias, sin perder su esencia con escenas secundarias, siempre poniendo el foco de importancia en el impacto que los acontecimientos de la vida han tenido en los personajes: Elena, sedienta de verdad; Miguel, su hermano, con ansias de encontrarse; Toni, un joven vecino, con ímpetu de lucha... y sobre todo Liberto, una voz del ayer que ya puede vivir sin ataduras.

Sin embargo, son otros tres los protagonistas de esta novela: la libertad, la Historia y la Plaza del Sol. Este mítico lugar de Madrid se convierte en el símbolo de que las luchas del pasado tienen su continuidad en el presente, de que las personas cotidianas son las que escriben la historia con sus pequeños actos heroicos. Cualquier amante de la capital y de su historia encontrará satisfechos sus intereses pues se convierte en un escenario con vida propia, de genuina importancia en la trama.

Si estás buscando una lectura corta y amena que no te deje indiferente, Un balcón a libertad es el aire fresco que necesitas.