Es difícil hacer una reseña de una obra que aborda un tema que, aun habiendo pasado años desde que acabara, sigue siendo tan sensible de tratar.

En plena guerra civil española, entre los meses de julio y noviembre de 1938, el valle del Ebro fue testigo de una de las peores batallas de nuestra Historia. En ella, cerca de cien mil combatientes perdieron la vida.

En ese contexto, conocemos la historia de cada uno de los miembros de la familia Sandiego. El hijo, Rodrigo, pertenece al bando de los nacionales, al igual que la familia de su madre. Sin embargo, su padre y su hermana son del bando republicano. Cada uno defiende sus ideales, por lo que las distancias son insalvables. Cada uno, durante la novela, jura fidelidad en lo que cree.

Sin embargo, a la hora de la verdad, cuando se encuentren en el fragor de la batalla, ¿serán los lazos de sangre más fuertes que los ideales políticos?

Las trescientas páginas que componen la novela se leen con rapidez. La prosa de ambos autores conduce al lector a una historia coral en la que encontramos misterio, oscuridad e incertidumbre. También algo de luz, pero siempre teñido por la crudeza de la guerra.

Es una novela bien escrita, en la que en ningún momento los autores consideran un bando bueno y otro malo. Se limitan a narrar la vida de cada personaje y su punto de vista. Cada uno de ellos está bien definido y la ambientación que logran es estremecedora. Roberto y Santiago son capaces de hacer sentir al lector lo que era vivir durante esos años.

Bajo el fuego de las balas pensaré en ti es una historia dura, pero necesaria. Su lectura nos hará recordar a todo aquel que la lea, ya sea joven o mayor, que jamás debemos repetir una guerra como esta. Nunca más.