¡Cuidado! Si no has podido atender a la Liga de la Corona durante La esencia de la aurora, te recomendamos que des la vuelta y lo hagas antes de continuar.

El equipo Noroeste ha sido capaz de avanzar a la siguiente fase del torneo, pero el precio ha sido alto: ha perdido a Shin, su indómito de agua y amigo, y ha sido sustituido por Rion, un indómito de fuego y un desconocido. Pero la Liga de la Corona no espera a nadie, así que tendrán que secarse las lágrimas y prepararse para colaborar con el equipo Norte para superar la segunda prueba: buscar los componentes necesarios para crear un cetro Royal. Mientras tanto, las cuatro protagonistas tendrán que completar otras misiones, tanto aquellas que sus reinos exigen para comprobar que son dignas como las que se ponen a sí mismas sin siquiera ser conscientes de ello. ¿Serán capaces de llegar a todas ellas?

En esta segunda entrega de la saga Royalty Witches, el foco está puesto en los arcos de personaje de las cuatro protagonistas y no tanto en la prueba principal que mantiene unida la novela. Kat, Emma, Kibibi y Chione tienen sus propios problemas (pruebas individuales, una vida personal complicada, pesadillas que no las dejan dormir...), y tendrán que superarlos sin perder de vista su objetivo principal: ganar la Liga de la Corona. Una de las mejores partes de la novela es poder adentrarse una vez más en el mundo de Taika: las criaturas fantásticas y los hechizos no solo están muy bien descritos, sino que las ilustraciones de Laia López terminan de redondear este mundo mítico lleno de misterios por descubrir.

Son la pluma de Alena Pons, sencilla y directa, y el arte de Laia López los que siguen dando vida a este universo. Con los nuevos personajes que entran en escena (el aquelarre del Norte, Rion, las amistades de Chione y Kibibi), las páginas de cómic e ilustraciones repartidas por el libro son aún más espectaculares que en La esencia de la aurora, lo que hace todavía más placentera la lectura.

El aquelarre Noroeste avanza imparable, dispuesto a ganar su futuro. ¿Estarán dispuestas a seguir pagando el precio que la Liga de la Corona exige?