Tras la Revolución francesa, Adelbert es nombrado paje de la reina consorte Federica Luisa de Prusia en Berlín. Allí conocerá la historia de la ya abandonada orfebrería El Tiempo de Plata. En ella no se vendían joyas, se cambiaban. La joya «elegía» al cliente y Platónides, el dueño, escogía una alhaja del interesado. Un cambio que poco favorecía al artesano ya que las joyas que elaboraba eran mágicas y concedían deseos.
Tan singular intercambio atrajo a multitud de curiosos que llegaban a la platería para conseguir una de sus preciadas piezas. Entre ellos se encontraban Belisa, una jovencita que se encaprichó de una diadema, y Sixta, su modista, que cambió su anillo de boda por siete joyas semipreciosas a elegir entre ella y sus seis hijas.
La fama y el triunfo no tardaron en aparecer en todos aquellos que consiguieron una de sus piezas. Sin embargo, Platónides les tenía preparado algo completamente inesperado. Si por aquel entonces el tiempo era considerado de oro y las joyas de Platónides eran de plata, ¿en qué elemento se valoraba la vida?
Narrada en primera persona desde distintos puntos de vista, la prosa de Irene Gracia nos transporta a la Europa de finales del siglo XVIII con una novela de realismo mágico muy particular. Cada historia es importante para comprender las actitudes de cada personaje, tan distintos entre sí por sus personalidades y su estatus, pero totalmente obsesionados por la platería. Se podría considerar a Adelbert el personaje principal ya que gracias a él conocemos a Belisa, Sixta y sus seis hijas. Aunque no nos podemos olvidar del carismático Platónides y su orfebrería misteriosa.
La narración es exquisita, aunque a veces algunas oraciones ralentizan la lectura por ser demasiado largas, e incluso aparecen expresiones más propias de nuestro tiempo. A pesar de estos pequeños detalles, sus ciento sesenta páginas no se leen, se devoran, porque las pequeñas historias que forman la novela te cautivan. Irene Gracia ha conseguido llevar con maestría el misterio y el ritmo apropiados para atraer al lector hasta la última página.
La cubierta del libro es obra de la autora, y las maravillosas ilustraciones que acompañan al texto han sido realizadas también por ella. Sus dibujos te transportarán a El Tiempo de Plata. ¿Serás capaz de resistirte a sus encantos?