Tras los sucesos desencadenados por la muerte de Simon Kelleher, el instituto Bayview se ha convertido en terreno abonado para la rumorología, los cotilleos y la prensa sensacionalista. Los imitadores de Simon y su web Malas Lenguas aparecen hasta debajo de las piedras, pero ninguno consigue causar la misma conmoción. O al menos así es hasta que la venganza comienza a fraguarse en un subforo de Reddit, y se materializa en forma de un perverso juego de Verdad o Atrevimiento.
«¿Quieres que revele una Verdad, o prefieres enfrentarte a un Atrevimiento?».
Si Alguien está mintiendo comenzaba con un cadáver y cuatro sospechosos con móvil para el crimen, su secuela baja las apuestas a un macabro juego de chantajes y secretos. El movimiento es arriesgado, pero no responde tanto a una ambición menor como a un cambio de enfoque. Sí, el misterio y su resolución son más descafeinados, pero donde antes reinaba la intriga ahora lo hacen los personajes.
Los protagonistas de la primera parte, ahora apodados «los cuatro de Bayview», son aquí personajes secundarios. Toman el relevo sus hermanos y amigos, que a menudo se reúnen en torno a las mesas del Café Contigo para charlar, tontear o compartir hallazgos. Y lo cierto es que en un ambiente tan cotidiano, con un elenco bien definido y unos conflictos planteados con astucia, no es necesaria una premisa muy potente para que las páginas se pasen solas.
Karen M. McManus domina el lenguaje del thriller y consigue que el drama familiar, los desencuentros amorosos y la tensión sexual resulten tan emocionantes como cualquier investigación. Maeve, Knox y Phoebe respiran honestidad, y parte del mérito lo tiene Sara Cano, cuya traducción ha sabido conservar la naturalidad y cercanía de unos diálogos que son, en el fondo, el corazón de la novela.
Por suerte, tú no tendrás que elegir entre Verdad o Atrevimiento. La Verdad, ya lo sabes, te aguarda al final de Alguien es el siguiente, y descubrirla... solo es cuestión de atreverse