Al estilo de historias como Los tres mosqueteros, El conde de Montecristo o Viaje al centro de la Tierra, Airman es una novela de aventuras a la más pura usanza.
Eoin Colfer nos sitúa en las Islas Saltee, en la costa Irlandesa en torno a 1890, donde nos presenta a Conor, un joven cuyo sueño es surcar el cielo. Desde bien pequeño, y tras demostrar su coraje salvando a la princesa Isabella de una muerte segura, el dicharachero espadachín y científico Victor Vigly le acoge como su pupilo para convertirlo en un científico digno de la corte del rey Nicholas Trudeau. Hasta entonces, Conor sólo ha conocido la cara hermosa de la vida: es feliz, está rodeado de gente que le quiere, pasa el tiempo investigando e inventando nuevos artilugios para poder volar… pero un día, cae en una oscura trampa y termina en los calabozos de la terrible prisión de Little Saltee, de la que tendrá que conseguir escapar, limpiar su nombre y hacerle pagar a los verdaderos culpables la sangre derramada antes de que sea demasiado tarde.
Colfer, conocido por su saga fantástica de Artemis Fowl, recrea un siglo XIX con todo lujo de detalles que el lector es capaz de ver, más que de imaginar. La ambientación, las descripciones de los lugares, de la ropa, de las costumbres y de los artilugios están tratados con el máximo cuidado y con el toque de humor que tanto caracteriza a este escritor. Los detalles relacionados con la materia física de los artilugios no se hacen pesados o aburridos, porque están tan entretejidos con la trama principal que sería imposible imaginar la historia sin ellos.
Los personajes, no sólo los principales sino también los secundarios, cuentan con personalidades tan bien conseguidas, definidas y profundas que uno es incapaz de no encariñarse u odiarlos como si de personas reales se tratase. Los diálogos, hilarantes en algunos casos, tensos y emocionantes en otros, ayudan a conseguir una imagen mucho más completa del protagonista, de su maestro, de Isabel, e incluso de los presos que conviven con él en las profundidades de Little Saltee.
En cuanto a la traducción, sólo puedo alabar la magnífica labor realizada por Mercedes Nuñez, quien traslada íntegramente al castellano la obra de Colfer sin que se pierda un ápice de su magia original.
Así pues, si lo que buscas es una aventura de altura que te hará reír, llorar y emocionarte como pocas, prepara las alas, toma aire y atrévete a surcar el cielo junto al misterioso Airman.