Parece que las adaptaciones de novelas juveniles a la gran pantalla van a ser habituales en los próximos meses. Parece que desde Harry Potter, Crepúsculo, en Hollywood se han dado cuenta de que la fórmula puede funcionar y varios de los libros de mayor éxito en las librerías ya han vendido sus derechos. El éxito de estas películas es tal que en muchos casos los derechos para el cine se venden a la vez, o incluso antes, que el manuscrito a las editoriales.
Soy el número cuatro, de Pittacus Lore, es una de esas películas basadas en novelas juveniles. La película, que se estrenó en febrero en Reino Unido y este abril en España, traslada al cine una trama distópica, que ya en el libro es algo floja y la película no consigue mejorar. John Smith, con la apariencia de un adolescente normal y un nombre de lo más corriente, es en realidad un extraterrestre que vive entre los humanos. Sólo nueve de los suyos sobrevivieron y no se conocen entre ellos. Su principal obsesión es ocultarse de unos enemigos que quieren matarlo igual que ya han hecho con otros tres alienígenas. Además, un dato a tener en cuenta es que sólo pueden matarlos en orden, de ahí que John sea consciente de que él es el número cuatro y busque la protección que le brinda Henri, su guardián. Sin embargo, no lo tendrá tan fácil como otras veces, y deberá esconderse de los Mogadorianos a la vez que intenta pasar desapercibido en su nuevo instituto.
Por supuesto, un ingrediente básico de la trama es la historia de amor entre John y Sara. Los papeles protagonistas están interpretados por Alex Pettyfer y Dianna Agron, dos jóvenes actores de moda. El argumento no es muy bueno, pero los efectos especiales son alucinantes –atentos a la batalla final- y, además, seguro que a más de una le gustará ver al número cuatro sin camiseta. No es una gran película, pero puede ser una buena opción para pasar un rato entretenido con los amigos.
Como curiosidad, te contamos algo sobre la gran polémica que acompaña a este libro desde Estados Unidos. Pittacus Lore, el nombre del autor que puedes ver escrito en el lomo del libro, es un pseudónimo que utilizan James Frey y Jobie Hughes. Resulta que el escritor "original" (Hughes) no tiene ningún derecho sobre su obra, mientras que a James Frey no le va mal, teniendo en cuenta que los derechos tanto del libro como de la película se han vendido a bastantes países. Además, James puede elegir a cualquier otro escritor para escribir la continuación sin tener que recurrir a Hughes. ¿Puede que la polémica que rodea al libro sea más interesante que la película en sí misma? Nosotros te animamos a que veas Soy el número cuatro para que opines por ti mismo.