«—¿Preparada?

—Sí, si tú lo estás».

Hace dieciséis años, dos de los viajeros en el tiempo huyeron al pasado llevándose con ellos uno de los dos cronógrafos existentes, objetos que les sirven para saltar al pasado de forma controlada.

Ahora, en el presente, la familia Montrose celebra el cumpleaños de Charlotte y se prepara para que esta muestre los primeros síntomas del gen familiar: el gen de los viajeros en el tiempo. Según los cálculos, ella debería ser el rubí, pero resulta que en realidad lo es su prima, Gwendolyn Shepherd, que no solo no está preparada, sino que encima tiene cierta tendencia a la torpeza.

Gwendolyn se encuentra, de repente, como parte de la Logia del Conde de Saint Germain, viajando al pasado junto al apuesto y engreído Gideon de Villiers, el otro viajero en el tiempo, el diamante. Deben conseguir la sangre de los doce viajeros en el tiempo para así poder completar el círculo en el cronógrafo y… bueno, nadie sabe qué es lo que pasará en ese momento, o al menos, nadie quiere decírselo, pero la Logia lleva siglos trabajando para conseguirlo.

El proyecto para la adaptación cinematográfica de Rubí, de Kerstin Gier, comenzó allá por el 2011 y, en Alemania, se siguieron las noticias de su progreso por Internet como si de una película de Hollywood se tratase.

Dos actores casi desconocidos, Maria Ehrich y Jannis Niewöhner, fueron los elegidos para interpretar a la pareja protagonista, y la química entre ellos traspasa la pantalla. Actores secundarios de la altura de Veronica Ferres, Katharina Thalbach y Kostja Ullmann completan el reparto. También hay que tener en cuenta a la debutante Jennifer Lotsi, que encarna a Leslie, la mejor amiga de Gwendolyn, que borda el papel.

Salvando las distancias y aceptando las diferencias que ambos formatos pueden producir en la historia, Ruby, la película, mantiene con orgullo la esencia de Rubí, el libro. Además, la banda sonora de Philipp F. Kölmel contribuye a unir libro y película, y las canciones de Sofi de la Torre le dan un toque especial que la hacen inolvidable.

Katharina Schöde, la guionista, y Felix Fuchssteiner, el director, se mostraron desde el principio encantados con el proyecto y mimaron la historia de Kerstin Gier, hasta el punto de que la autora admitió haber ido al cine a ver la película varias veces. De hecho, en Alemania se hizo una gran promoción, que llevó a los actores principales por veintiocho ciudades del país durante varias semanas. La meta era conseguir recaudar la cantidad fijada como objetivo para así poder grabar Zafiro (estrenada el año pasado) y Esmeralda (se estrenará en julio de 2016 en Alemania). En España, no tuvimos la oportunidad de poder ver Ruby, la última viajera del tiempo en cines, pero sí que llegó a estrenarse en televisión.

Ruby, la última viajera del tiempo es una película sin muchas pretensiones, pero hecha con mucho cariño hacia la historia. Los efectos especiales son quizá demasiado sencillos, pero es que no estamos hablando de una película de Hollywood con millones de euros de presupuesto. Lo importante está ahí: tanto personajes como argumento son fieles a la esencia de lo que Kerstin Gier nos contó en las páginas de su libro.