En Cada día, David Levithan narraba la historia de A, un ente que cambiaba de cuerpo con cada amanecer: a las 12 de la noche abandonaba el cuerpo y la mente de esa persona, que volvía a tomar el poder. Cada día, A habitaba en el cuerpo de una persona, y trataba de no involucrarse ni tomar ninguna decisión difícil. Hasta que una mañana se despertó en el cuerpo de Justin, el novio de Rhiannon. Y, durante el día que pasó en su cuerpo, sintió algo por Rhiannon que nunca antes había sentido. A su vez, la joven también vio algo en su hosco novio Justin que jamás había visto. Por ello, cuando A se despertó al día siguiente en un cuerpo distinto, decidió volver a verla, dando comienzo a una relación entre ambos tan difícil como hermosa.
En 2015 el autor publicó Another Day, que narraba los sucesos de Cada día desde el punto de vista de Rhiannon, y este año saldrá a la venta Someday, que continúa la historia de A.
La adaptación de Cada día era un reto, sin duda. La voz narrativa de A es el gran pilar de la novela de Levithan: su monólogo interno, los pensamientos que se entrelazan con los recuerdos de cada uno de los cuerpos que habita, sus reflexiones… Difícilmente se podría realizar una película con la sensibilidad de la novela sin contar con una voz en off.
El guionista, Jesse Andrews (autor de Yo, él y Raquel), ha decidido narrar la película sin voz en off y desde el punto de vista de Rhiannon, mucho más fácil. Por ello, más que Cada día, este filme es una adaptación de Another Day, con sus pros y sus contras. Entre sus aciertos se encuentran la simpleza y gran capacidad de hacer entender al espectador la naturaleza de A, como también un elenco dispuesto a jugar con el ente que crean entre todos.
Pero, por otro lado, la traslocación del punto de vista provoca que la historia pierda su esencia: no es que Rhiannon no sea un personaje interesante, pero A es mucho más original. Andrews respeta la estructura y la mayoría de la trama de la novela, pero prescinde de lo que la hacía única: la emotividad y poesía que caracterizan la obra de Levithan. El resultado es una película entretenida y bien interpretada, pero que no destaca entre los muchos dramas románticos juveniles que existen. En ella, el elemento fantástico, A, es solo una excusa para narrar una historia con un buen mensaje de diversidad, pero que cae en los tópicos del género. La adaptación ha fijado más su mirada en el drama romántico que en el conflicto de A, por lo que las subtramas y preguntas que rodean a su naturaleza han desaparecido.
Sin embargo, el final de la película es más dulce que el de libro, que se tornaba algo más frío (aunque te deja con las mismas preguntas que la novela). Además, el ritmo y el juego de ver cambiar a A de piel día tras día hacen que el metraje se pase en un suspiro y acaba dejando un muy buen sabor de boca.
Cada día es una película interesante, sobre todo en nuestro país, ya que Another day nunca se llegó a traducir. Si tienes la oportunidad de verla, déjate llenar por la historia de Rhiannon y de A, pues las preguntas que lanza al espectador y las reflexiones en las que entra son, aunque algo simples, el acierto más grande de la película.