La noche del 20 de abril de hace cinco años, en Little Kilton, Andie Bell desapareció. Unos días después, encontraron en el bosque el cuerpo de su novio, Sal Singh, quien aparentemente se suicidó tras confesar por mensaje que mató a Andie. Aunque nunca encontraron el cuerpo de la chica, el caso se cerró, y todos en el pueblo están seguros de la culpabilidad de Sal.
Todos salvo Pippa, quien está decidida a investigar lo que pasó aquella noche de abril y demostrar la inocencia de Sal. Para ello tendrá que ganarse la confianza de varias personas, como la de Ravi, el hermano de Sal, pero también tendrá que decidir si llegar hasta el fondo del misterio vale la pena aunque eso le haga tener a varias personas en contra.
La primera parte de la trilogía de Asesinato para principiantes se publicó originalmente en 2019. Desde entonces, su éxito en redes no ha hecho más que crecer, y este se ha acentuado desde que el 1 de julio se estrenase en Reino Unido, y un mes después en Netflix a nivel internacional, la miniserie que adapta el primer volumen de la saga. Escrita por Poppy Cogan y dirigida por Dolly Wells, durante seis capítulos de 45 minutos podemos ver cómo la tragedia de Little Kilton cobra vida en la pequeña pantalla. Sin embargo, desde el primer momento nos encontramos con bastantes cambios que no pasan desapercibidos para los que han leído las novelas de Holly Jackson y que alteran completamente la forma en la que se vive la investigación como espectador.
La primera diferencia con la que nos topamos es el año en el que se sitúa la acción: mientras que los libros transcurren en 2017, la serie decide traer la investigación de Pip a 2024. Además, en la novela conocemos desde el principio la voz de Pip, llena de dudas ante el comienzo de sus entrevistas, pero al mismo tiempo decidida a hacer el mejor proyecto posible. Por el contrario, el primer episodio empieza con uno de los muchos flashbacks del día de la desaparición de Andie Bell. Esto, junto a la firme decisión de Pip (interpretada por Emma Myers) de resolver ella sola el caso de Andie, elimina parte de la evolución de la protagonista y disuelve poco a poco la intriga que se mantiene hasta el final en la novela.
Si bien esta serie sigue siendo el thriller que es el libro y no faltan los momentos de acción y suspense, su corta duración los reduce hasta quedarse con aquellos que avanzan la trama para centrar gran parte del argumento en la relación de la protagonista con sus amigos, familia y el resto del elenco de personajes. En este aspecto, lo que más destaca es el trato de Pip con sus padres, en especial con su madre. Y es que en la serie, el padre de Pip, que falleció cuando ella tenía un año, está mucho más presente en las conversaciones entre madre e hija, lo que causa en varios momentos una mayor sobreprotección hacia Pip que nos recuerda que, pese a su madurez, no deja de ser una adolescente.
Esto también se puede notar en la relación de Pip y Ravi (Zain Iqbal), cuyas interacciones en la obra de Holly Jackson no nos dejan entrever su historia de amor hasta las últimas líneas del primer volumen de la saga. En la miniserie, en cambio, su conexión se desarrolla poco a poco en cada escena que comparten, dándoles así una evolución mucho más fluida y con más protagonismo.
Como ves, la adaptación no es fiel al original en muchos aspectos: la ausencia de algunos personajes clave para el desarrollo de la segunda y tercera parte, como es Stanley Forbes, levantó muchas alarmas entre los fans de la saga e incluso se planteó que, de ser renovada, el segundo volumen no se adaptaría, algo que ya ha desmentido la propia autora, quien ha garantizado su presencia en próximos episodios. Asimismo, las frases más míticas, esperadas y divertidas del libro tampoco se han visto adaptadas, algo que ha eliminado el elemento cómico característico de la narración de Holly Jackson. Así, el lado más filosófico de esta saga, que debate constantemente los límites de la moral y la bondad, ha ganado protagonismo y se ha convertido en el centro de las conversaciones de gran parte de la segunda mitad de la temporada, haciéndonos recordar su título en inglés: A Good Girl’s Guide to Murder.
Pese a todo, Asesinato para principiantes sigue conservando su carácter detectivesco tan reconocible que nos mantiene enganchados a la pantalla (o a las páginas) hasta el final y que nos hace prestar atención a todos los pequeños detalles que asientan la trama para las siguientes temporadas, aún sin confirmar.